El BAM visto desde la Rambla del Raval
ConciertosBam (Barcelona Acció Musical)

El BAM visto desde la Rambla del Raval

8 / 10
Darío García Coto — 26-09-2017
Empresa — BAM
Fecha — 22 septiembre, 2017
Sala — Varios espacios en Barcelona
Fotografía — Hara Amorós

“A ver si los de Piolín os dejan vivir en paz de una puta vez”. Esta frase de Bala fue, si no recuerdo mal, el único comentario que se escuchó en el escenario acerca de la ocupación policial que vive Catalunya estos días. Y el dúo gallego es tan directo para esto como para su música. Se desgañitaron sobre un rock que sonó más pesado y revientatímpanos aún que en estudio, que se acercaba al doom y el sludge por un momento y al noise al siguiente, y que no me extrañaría que acabara derivando hacia toques de crust o grindcore en unos años. De momento el hilo que cohesiona toda esa serie de influencias es que todas parecen enraizadas en los 90. Fueron de menos a más, los pequeños fallos que hubo fueron jugaron a su favor dentro de su discurso y dieron un alegría a fans del metal, hardcore y rock duro, que este año pocas razones tenían para acercarse por los escenarios de la Mercé.

Los del blues tampoco tenían muchas, y una de ellas eran Endless Boogie. No se cuántos temas tocaron, pero creo que se podrían contar con los dedos de una mano. Temas largos sostenidos sobre un solo acorde, sonido blues-rock especialmente musculoso, actitud perezosa y distante y desarrollos, eso sí, muy bien llevados por la base rítmica. Imposible hubiera sido si no aguantar los solos de guitarra eternos de Paul Major, que en buena parte del concierto eran, paradójicamente, lo menos interesante de las canciones. En la orilla opuesta estarían Fumaça Preta: no por la longitud de los temas, que también tienen lo suyo, sino por el dinamismo y la versatilidad que demostraban sin apenas esfuerzo. Dieron un concierto vitalista y frenético en el que pasaban de las percusiones salseras a un riff a lo Black Sabbath, del funk al garage desquiciado… todo ello recubierto de psicodelia tropical y una precisión de esas que hacen que parezca fácil.

Tras ellos llegaba Rebel Babel Ensemble (arriba en la foto), un proyecto de brass band -con músicos del Taller de Músics y la Brass Orchestra AGH de Cracovia- y hip hop encabezado por el zaragozano Rapsusklei. Más anecdótico que otra cosa, a decir verdad: aunque ellos encajaban bien y nada estaba fuera de lugar no acababa de aportar ese valor añadido que se esperaba ni se veía a Rapsusklei salir de su zona de confort, a pesar de la precisión técnica que suele demostrar. El sonido, un poco más embarullado que en estudio, no ayudó. Jungle By Night, tras ellos, sí consiguieron levantar un concierto impecable a todos los niveles. Instrumentalmente brillantes, cómodos sobre el escenario, naturales en las maneras y muy inteligentes a la hora de dirigir la curva de intensidad del repertorio. No es fácil para una banda de afrobeat salirse de los cánones del género como lo hacen ellos, y se acercaron a sonoridades latinas y del Oriente Medio sin un solo paso en falso. Los japoneses Idiotape cerraban la noche con una electrónica analógica que dice beber del rock clásico coreano y de bandas como Metallica, The Doors o Pantera, pero que en la práctica resultó en una indietrónica un tanto floja e insípida incluso en sus momentos de clímax.

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