Guateque de guerrilla
ConciertosAzkena Rock

Guateque de guerrilla

8 / 10
Sergio Amor Herrero — 27-09-2021
Empresa — Last Tour
Fecha — 25 septiembre, 2021
Sala — Iradier Arena
Fotografía — Music Snapper

Primera jornada sabatina del Azkena Rock Special Edition. Tras el llenazo del día anterior con El Drogas el gran ambiente, previo al comienzo de un atractivo programa doble, animaba a intentar disfrutar de una buena velada musical. Desde Madrid  venían los dos cuartetos, representantes destacados ambos, cada uno a su manera, de la escena punk estatal. Más mediáticos, comerciales y más en candelero Carolina Durante, y más underground y más alternativos los malagueños  Biznaga.

Estos últimos fueron los encargados de abrir el recital. Ariscos y ásperos como papel de lija, basaron su actuación en el conceptual "Gran Pantalla", disco que gira en torno al poder que ejerce el nuevo Dios tecnológico sobre los seres humanos. Curiosamente, mientras el grupo tocaba, la pantalla del móvil de buena cantidad del público parpadeaba sin cesar. No teneis remedio (pensarían los músicos). Las guitarras aullaban y cortaban como cuchillas, al tiempo que la voz de Álvaro daba forma de agria protesta a unas cuidadas letras que intentaban hacernos ver otra luz, más enriquecedora, diferente a la de nuestros omnipresentes dispositivos electrónicos. Desde "Ventanas emergentes" hasta "No-lugar" o "Atentado", todas las canciones fueron coreadas con ganas por los centenares de fans biznagueros, encantados de protestar al unísono contra el absurdo de la vida moderna, más absurda si cabe en estos tiempos tan convulsos, y alentada por una clase política que deja mucho que desear. Composiciones más antiguas como "Una ciudad cualquiera" y "Mediocridad y confort", con las que se despidieron, triunfaron también sin paliativos, después de un "cariñoso" recuerdo de la banda a su querida presidenta de la Comunidad de Madrid. Actitud extrapunk y toneladas de mala leche y rabia contenida para dar paso, a lo grande, a las estrellas de la noche.

El fenómeno Carolina Durante hace mucho tiempo que dejó de ser un hype. Al principio podría parecerlo, pero cuatro años después, con conciertos en los festivales más importantes y un buen puñado de canciones destacables, han demostrado que lo suyo va en serio. Tirando de ironía y sarcasmo han sabido reirse de sí mismos y de toda la gente que los critica sin mucho fundamento. Comenzaron a toda máquina, muy punkis, con pelotazos tales como "KLK" o "Buenos consejos, peores personas", llenos de andanadas emocionales disfrazadas de mensajes naif y que tanto recuerdan a muchas de las bandas de la ochentera Movida Madrileña. Pildorazos punk pop como "Necromántico" comenzaron a caldear el ambiente, antes de enlazar dos de sus mejores canciones. La desencantada letra, chorreante de nihilismo y angustia existencial, de "No tan jóvenes", resume a la perfección el espíritu de la banda, mientras que "Niña de hielo" trata otro de los temas muy presentes en su cancionero, lo complicado de las relaciones amorosas. "Famoso en tres calles", uno de los adelantos de su siguiente larga duración, también dejó muy alto el listón, A partir de aquí, con la archiconocida "Perdona" (ahora sí que sí) incluida, se produjo el punto de inflexión de la actuación. que ya estaba resultando notable, pero a la que "Las canciones de Juanita", poderosa y rotunda, o la aparentemente desganada, pero también con literatura explosiva, "Joder, no sé", aportaron un brillo extra.

A estas alturas, la mayoría del público había convertido el recinto en una gran sala de fiestas, jaleando cada movimiento de Diego, quien realizó un gran esfuerzo para poder cantar en condiciones, a pesar de encontrarse visiblemente afectado por el asma. Lo dio todo para interpretar, casi al final, "Espacio vacío", la fenomenal versión de la canción de Séptimo Sello, que Carolina Durante grabó junto a los argentinos Él mató a un policía motorizado. Y entonces llegó él. "Cayetano" entró sin llamar y arrasó con todo, hizo berrear y bailar a todo el mundo y se marchó sin darse demasiada importancia. Éxtasis colectivo y despedida y cierre con la noctámbula languidez de "La noche de los muertes vivientes".

Dos propuestas diferentes con un fondo común, tocar las narices a quien se dé por aludido. Lucha encarnizada contra el enemigo común.

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