Pedales, máscaras y emoción

Noche que prometía sumergirnos en las profundidades del instrumental, como pocas veces se ve ya sobre las tablas del Dabadaba en particular y en el territorio autonómico en general. La mítica sala donostiarra se convirtió en el punto de encuentro de dos propuestas que, desde latitudes bien distintas, comparten el lenguaje universal de la música no cantada. Por un lado, los azkoitiarras RO, hacían de anfitriones en esta ocasión, presentando al público donostiarra las creaciones de última referencia “Baiagoan”. Por otro, los protagonistas de la noche, Austin TV, venidos del otro lado del Atlántico, con disco nuevo también bajo el brazo, “Rizoma”. Un álbum que marca la vuelta de los mexicanos a los escenarios bajo la tutela del sello del dueto catalán Cala Vento, “Montgrí”, y sumergidos en una larga gira de presentación por el Viejo Continente.

Con un inicio que desafió la puntualidad, pero no la expectativa de los presentes, RO tomó el escenario casi veinte minutos después de lo previsto. Ante un público que, aunque no llenaba el recinto, mostraba una cercanía palpable, la banda desplegó un arsenal de sintetizadores y graves que, tras dos minutos de ambientación, dio paso a un arranque potente. Su sonido, marcado por líneas melódicas limpias y el uso intensivo de sus densas pedaleras, evocaba reminiscencias de los primeros días de Exxasens, sumergiendo a los asistentes en largos crescendos y repeticiones que parecían tejer una cortina sonora entre el humo del escenario.

A lo largo de su actuación, que rozó la hora, RO transitó por momentos de calma donde los arpegios y melodías de teclado traían a la mente el trabajo de unos, ya tristemente olvidados Maybeshewill, aunque a veces el volumen de su sonido, especialmente en las distorsiones, rozaba el exceso. A pesar de la distracción que suponía el murmullo del público en los pasajes más suaves, al que tristemente ya nos hemos ido acostumbrando, la banda mantuvo su curso, ofreciendo un espectáculo que, aunque sin grandes sorpresas hacia el final, cumplió con llevarnos por un viaje introspectivo a través de su música. Una muestra más de por qué son, a día de hoy, la banda referencia del post rock en Euskadi.

La escena cambió radicalmente con la entrada de Austin TV. Vestidos con trajes y máscaras que mezclaban lo mecánico con lo aeroespacial, su presencia en el escenario capturó de inmediato la atención de un público que se mostraba más numeroso y atento. Su inicio, marcado por ritmos que evocaban a Mogwai, anticipaba una noche de sensaciones encontradas. El sonido, inicialmente no tan pulido, me llevó a buscar un mejor lugar desde donde apreciar la evolución de su actuación, que poco a poco fue ganando en ritmo y en conexión con el público.

Austin TV se movió en un terreno de experimentación constante, donde las guitarras a veces parecían querer escapar hacia los territorios explorados por The Mars Volta, mientras que, en otros momentos, las incursiones en el teclado nos llevaban de vuelta a sonidos reminiscentes de And So I Watch You From Afar. La banda no solo jugaba con la música, sino también con la idea de la identidad y la conexión con el público, algo que quedó claro cuando invitaron a gente a subir al escenario a compartir brevemente unos pasos de baile desinhibidos con la teclista.

A medida que su set avanzaba, la propuesta de Austin TV parecía encontrar su lugar, entrando en una zona donde el caos y la melodía se entrelazaban de forma inesperada pero armoniosa, pidiendo la participación del público en un intento de borrar cualquier distancia entre el escenario y la sala. Su actuación, un mix de ideas y estilos, cerró con un tema rápido que, aunque parecía complejo, dejaba entrever la esencia de su propuesta.

La noche en Dabadaba cerró, siendo testigo de cómo el post rock sigue siendo un terreno fértil para la experimentación, aunque probablemente se haya investigado ya todo lo posible en estos universos. Dos maneras de entender el estilo perfectamente reflejadas. Desde la introspección y sencillez sonora de RO, hasta el dinamismo y la diversidad de Austin TV, cada formación ofreció una perspectiva única de lo que significa transmitir a través de la música sin voz.