Pasión desde Mallorca
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Pasión desde Mallorca

8 / 10
Victor Forés — 01-10-2018
Fecha — 29 septiembre, 2018
Sala — Es Gremi
Fotografía — Víctor Forés

¿Qué es necesario para mover a casi 1000 almas rockeras a un recinto en un fin de semana de música gratis en Palma? El Fira B, un punto de encuentro profesional que reúne a todos los sectores de la industria musical que ofrecía showcases gratuitos de una variedad inmensa de estilos musicales, no interfirió en una gran noche donde la distorsión y los potenciómetros al 10 tomaron el control. El céntrico bar Atomic Garden presentaba su cuarta edición del festival Atomic Fest, en la sala Es Gremi, con las expectativas más altas que nunca: esta ocasión se sumaban al roster los lecumberrienses Berri Txarrak.

A las 19 horas se dio el pistoletazo de salida y empezó la jornada. Los power trio se disputaron al 50% su presencia en la edición. Los primeros fueron Metacorc, grunge en catalán que complementaba su desenfadada puesta en escena con proyecciones de clásicos del cine y películas antiguas subidas de tono. Aunque los asistentes en ese instante no cubrían ni un tercio del aforo, los que decidieron sacrificar la cena por empezar a inyectarse la primera dosis de riffs y rock and roll pudieron disfrutar de una apertura a la altura.

Deadwood-Tree fueron los segundos en personarse en el escenario de la Sala 1 de Es Gremi con una propuesta sludge cargada de ritmos lentos y guturales. Presentaron el que es su primer y único trabajo “Sovereign” y demostraron que, a pesar de existir como grupo hace apenas un año, su puesta en escena era compacta y contundente. La voz del infierno de Curro Maestre se desvaneció para dar la bienvenida a uno de los power trio con más reconocimiento en el último año: Saïm. Ya vamos 2 a 1 a favor de las formaciones reducidas. Compartiendo alineación con Metacorc, siendo una chica la bajista, un chico a la guitarra y voz y otro a la batería, y a medio camino entre Felanitx y Manacor, demostraron que su post-hardcore es una de las joyas de la música mallorquina actual. “Qwerty” y “Accidents”, sus dos trabajos publicados, sirvieron de puente entre un hemisferio del festival y otro. La sala ya estaba llena y empezaba la recta final para los ansiosos de la tralla vasca.

Bay City Killers

En este punto del Atomic Fest ya no hablamos de bandas noveles. Empezaba la ronda de veteranos. Bay City Killers apostaron por su punk rock inconfundible. Aunque los locales llevan cuatro años como grupo, su experiencia en otros grandes del punk mallorquín como son Men, Kiss the Enemy y demás saraos hacen que calcular su legado sea difícil. No faltó actitud, entrega y espectáculo. Todo un precedente que sirvió para calentar los ánimos y desplegar una alfombra roja para caminar hacia el hardcore melódico de sus colegas de juerga Mainline 10. Como una metralleta, los mallorquines dispararon infinidad de temas que no superaban, por norma general, los tres minutos durante una hora de pogos y adrenalina con un constante agradecimiento de la banda a la organización del festival y el anuncio de que los siguientes eran los Berri.

Para los que llevábamos ahí desde las 19 horas las piernas empezaban a flaquear. Eran la 1 de la madrugada y el escenario se inundó de la crew de los lecumberrienses para preparar el show. Cambio de técnicos; cambio de baterías y amplificadores; y el público esta vez no salía de la sala ni para fumar. La expectación era máxima y eso se respiraba en el ambiente. Tras 15 minutos de espera, la música ambiente cesaba y salía el último power trio de la noche para equilibrar la balanza. Gorka Urbizu materializaba los primeros acordes y se confirmaba lo evidente: los decibelios habían subido. Con un repertorio que oscilaba entre sus clásicos y lo nuevo, cautivó a un público entregadísimo que montó “la de Dios” en una sala en la que cualquier incidente con aforo completo se hace notar. El pogo se extendía a lo largo de todo su centro y se evidenciaban los años de escucha del grupo: cantar estrofas en euskera en Mallorca es síntoma de muchas reproducciones y lustros de devoción. Gorka recordó haber leído que algún internauta tuiteaba algo así como que los Berri Txarrak siempre se acordaban de Mallorca. Pero nada más lejos de la realidad, porque en realidad es Mallorca quien se acuerda siempre de los Berri. Y con razón. Eran las 2 de la madrugada y los navarros hacían un amago de despedida que culminaría con tres imperdibles que precedieron un final inusual: “Oihu”, “Oreka” e “Ikasten”. La guinda del pastel la reservaron para una ocasión especial. Denunciando la condena del Supremo de tres años y medio de cárcel para Valtonyc, Gorka recordó que la organización popular es la esencia de la democracia con “Sols el poble salva al poble” y cerró la edición de un cuarto Atomic Fest apisonador, frenético y resumido en el último verso del tema “Poligrafo bakarra”: Pasioa da hemen exigitzea zilegi den gutxieneko hori (La pasión es el mínimo exigible).

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