Gozo Poderoso

Nueva visita de una de las bandas más clásicas y populares de Colombia y de nuevo un concierto que se convirtió en pura celebración (de la vida). 
El que lo trasladaran de la Sala 2, a la grande del Apolo, demuestra que cada vez tienen más seguidores y aunque había mucho público latino, Barcelona siempre ha acogido bien su propuesta.

Tienen la buena costumbre de visitarnos, por lo menos, cuando tienen nuevo disco. Así que como el año pasado editaron su noveno trabajo de estudio, “Tropiplop”, nos debían la cita.

Como es normal se presentaron con un look peculiar y con Andrea luciendo uno de esos gorros llamativos, pero significativos. En esta ocasión la pareja original, Andrea y Héctor, venían acompañados solo por Leo Castiblanco (coproductor de ese último disco) a la guitarra y Gregorio Merchán a la batería. Eso se tradujo en que sus temas sonaron mucho más rockeros y vitales.

Justamente eso fue lo primero que dijo Andrea: “esto es Colombia en rock en Barcelona” y atacaron “Cosita Seria”, toda una declaración de principios en favor del empoderamiento de la mujer. Porque una de las virtudes de esta banda siempre ha sido su posicionamiento social y político, algo que queda muy claro en sus letras y que les gusta explicar en sus conciertos. Aunque esta vez Andrea tomó el micro para decir que les habían fijado una hora de fin del show, y que iban a hablar poco para hacer todas las canciones previstas. Pero no lo hizo, habló y bastante, porque esa comunicación, también divertida, resultó vital en ese contacto con su público.
Cuando un grupo edita nuevo disco, resulta intrigante saber que canciones van a incluir en su repertorio, pero enseguida lo supimos, porque la siguiente fue la pop “Antidiva”, de letra diáfana: “soy la antidiva, no salgo sexy en las fotos, no me empeloto en las revistas, antidiva pero artista”.

También hicieron “En la Ciudad de la Furia”, versión de la emblemática canción de Soda Stereo y como tributo a Gustavo Cerati. De hecho Andrea, allá por 1996, colaboró con su voz en la edición unplugged de ese tema y se hizo muy popular. “Aquí tienen la versión aterciopelada” dijo Andrea y se desbordó la emoción.
La rockera “Los 90”, que cuenta lo que pasó en Colombia en esa década y “Meditacielo” que habla de encontrarse con uno mismo, pero para unirnos y poder cambiar las cosas, fueron las otras nuevas.

El resto fue una colección de grandes éxitos que convirtió el Apolo en un karaoke.
“Maligno”, “Caribe Atómico”, “Rompecabezas” o “Luz Azul”, donde Andrea echó de menos a Macaco, fueron imbatibles. Y el tríptico con “Baracunátana”, “El Estuche” y “El Álbum” fueron tan emocionantes que al acabar Héctor se lanzó al micro para gritar: “¡¡¡Gracias, los amamos!!!”.

Quizás el único momento de relax, con influjo musical andino y mensaje ecologista llegó con la preciosa “Soñemos un Bosque”. Pero fue casi un espejismo, porque cerraron con “Florecita Rockera” y “Candela” y todo el público sintiendo ese curioso efecto cimbreante del suelo mientras todos bailaban y saltaban.
Tuvieron que acortar el bis, (Andrea había hablado mucho) y lo hicieron viajando al pasado con “Colombia Conexión” y el inevitable “Bolero Falaz” con todo el público gritando eso de “te dije no más, y te cagaste de risa”.
El público se fue encantado y ellos también, sin duda uno de sus mejores conciertos en la ciudad, y han hecho unos cuantos.