Han vuelto para ganar
ConciertosAt The Drive-In

Han vuelto para ganar

8 / 10
Joan S. Luna — 11-04-2016
Empresa — Live Nation España S.A.U.
Fecha — 10 abril, 2016
Sala — Razzmatazz 1, Barcelona
Fotografía — Fernando Ramírez

El tiempo pasa sin contemplaciones. Cedric Bixler-Zabala ha engordado unos kilos. Jim Ward, uno de los miembros fundadores no está ahí, aunque le sustituye un grande (Keeley Davis, ex Engine Down y curiosamente compañero de Ward y Tony Hajjar en Sparta). Omar Rodriguez-Lopez es un cuarentón que ya no luce esas simpáticas gafas redondas que subrayaban su personalidad. Su mejor disco fue publicado hace dieciséis años y el grupo no ha llegado a las nuevas generaciones tanto como a algunos nos hubiera gustado. Y la sombra de los exitosos The Mars Volta, no nos engañemos, continúa siendo larga y densa. Un montón de elementos en contra, la verdad. Aunque poco esfuerzo le costó al quinteto hacernos olvidar todo ello a base de algo que les ha caracterizado a lo largo de toda su trayectoria: energía y sinceridad, una sinceridad que se respira desde el primer segundo, desde que la banda aparece en el escenario como si lo hubieran dejado anteayer. Y es que –pese a que el sonido no acompañó- la salida al escenario con “Arcarsenal” y “Pattern Against User” fue tan apabullante que dejó ya muy claro que At The Drive-In han vuelto para ganar. Como respuesta, lo que pueden ustedes imaginar: más de dos mil personas coreando sus retorcidos estribillos, saltos y codazos en las primeras filas y un halo de nostalgia que la banda no exprime en ningún momento (no esperen comentarios sobre el retorno, sobre cualquier tiempo pasado que pudo o no ser mejor), pero que sí puede marcar nuestra actitud frente al directo del grupo estadounidense.

Catorce canciones (nueve de ellas de “Relationship Of Command” -2000-, dos de “In/Casino/Out” -1998- y tres de “Vaya” -1999-, si las cuentas no me fallan) que mantienen toda su eficacia a día de hoy, cabalgando entre el post-hardcore, el emo chillón y cierto deje progresivo que antes no eran tan evidente. De hecho, asistimos al concierto más largo de la banda en nuestro país y, al margen de su paso por el FIB, el más masivo de su trayectoria en España. Pero tanto da el recinto, porque es evidente que At The Drive-In es una de esas formaciones que se deja la piel ante cien o cien mil personas. Y aunque nos hubiera gustado tener allí a Ward, más que nada por estar frente al grupo que nos hizo vibrar años atrás, Davis cumplió sobradamente con sus funciones. Lo mismo que Paul Hinojos (bajista) y Tony Hajjar (batería), siempre en segundo plano, siempre eficaces. Quizás la única diferencia con los viejos tiempos es que Cedric, con su energía desbocada y sus malabarismos con el micro, ha acabado por eclipsar a Omar. Si en el pasado ambos eran protagonistas absolutos de la noche, midiendo fuerzas segundo tras segundo, da la impresión de que Rodriguez-Lopez se siente ahora más cómodo un paso por detrás de su inseparable compañero sin que ello signifique renunciar a su pirotécnica y libre forma de tocar la guitarra. Tanto da, porque cuando los astros se alínean y los cinco At The Drive-In se han metido en la canción, no hay quien les pare. De ahí que canciones como “Catacombs”, “Napoleon Solo” o esa “One Armed Scissor” final sonasen con la fuerza y la intensidad con la que lo hicieron.

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