El festival Arenal Sound de Burriana sopla las velas después de una década. La edición más multitudinaria que ha vivido el macrofestival ha reafirmado su éxito de asistencia con un explosivo cóctel en el que la Santísima Trinidad formada por la música urbana, el indie y la electrónica se han erigido como los denominadores común para un formato que, un año más, no falla.
Jueves 1 de agosto
El escenario Desperados arrancaba con Dellafuente y una gran afluencia de público que resultó sorprendente al constituir uno de los conciertos más próximos a la apertura de puertas. Un setlist muy variado con temas pertenecientes a sus últimos largos y algún que otro single conjunto, como el de 'Guerrera' que significó el momento culmen de su concierto. Continuamos con más rap pero de la vieja escuela, no en vano siguen celebrando sus 25 años de trayectoria. Los sevillanos SFDK brindaron a sus fieles un show anfetamínico en la que era su primera visita al festival de Burriana. El Zatu y Acción Sánchez dieron un salvaje recorrido a su discografía, en la que no faltaron clásicos como 'El Niño Güei', 'El Liricista en el Tejado' o 'Agua Pasá'. Bastante dados a la interacción con el público y las intervenciones, no dudaron en lanzar un mensaje de agradecimiento a sus incondicionales antes de la espectacular 'Sin Miedo a Vivir'.
Los que se dieron de nuevo un baño de masas fueron La Pegatina que ya parecen moverse como en casa pues ya son ocho las ediciones que han visitado el Arenal con su infalible formato de directo efectivo. Tras ellos Maikel Delacalle hacía su aparición desbordante de energía en el escenario Negrita. El rap melódico y callejero del tinerfeño hipnotiza a las masas y esta vez no podía ser menos. Se quedó con la pista cuando acometió con 'Soldi' de Mahmood, el tema que representó a Italia en la última edición de Eurovisión y la aparición sorpresa de su “hermanita” Lola Índigo para interpretar el último tema que lanzaron juntos 'Subliminal'.
Por su parte, con Karol G aterrizó sobre el escenario Desperados con el reguetón y el perreo para no marcharse, por lo menos, durante el resto de jornada. La colombiana, que puede presumir de una arrolladora presencia en escena, salió acompañada de sus bailarinas coronándose con un espectáculo tan dinámico como cercano. No nos dejó respirar ni un segundo con temas como 'Culpables' y 'Ahora Me Llama', y tampoco se olvidó de hacer mención especial a su pareja Anuel AA a la hora de cantar 'Secreto' o mostrar la bandera LGBT que rescató de entre el público para destacar entre aplausos la que ella considera “la bandera de todos”.
Mientras tanto, justo en el polo opuesto del festival, The Parrots ponía el Thunder Bitch patas arriba a ritmo de sus desenfrenados guitarrazos, ante un reducido pero fiel público. Acortando el set para sorpresa de todos, los madrileños dejaron el bombardeo de sus temas más sonados para el final con 'No Me Gustas, Te Quiero', 'Somebody To Love' y el cover ya ineludible de Bad Bunny 'Soy Peor'.
Poco después, el escenario Negrita se desbordaba con la combinación explosiva de Don Patricio y un inesperado Bejo, o lo que es lo mismo, Locoplaya. Momento sin parangón en toda la jornada, su concierto se convirtió en toda una fiesta. Las evidentes deficiencias vocales del ya ídolo adolescente Don Patricio se maquillaron con un divertido y surrealista show en el que sonó desde 'La Gasolina' de Daddy Yankee, pasando por la obligada 'Contando Lunares', diferentes jingles de famosos spots publicitarios en un arrebato de locura y un tema recién estrenado junto a Lola Índigo bajo los focos, 'Lola Bunny'.
El concierto más multitudinario de la jornada corrió a cargo de Farruko. Enfundado en un estilismo militar y gafas de sol, fiel al look reguetonero sello desde hace más de una década, el cantante puertorriqueño dio rienda suelta a su trap latino. En su acostumbrada pose seria y distante, el artista cantó 'Krippy Kush', uno de sus más famosos singles conjuntos con Bad Bunny. Se movió, a su vez, por géneros más cercanos al dancehall y el dembow con 'Se Me Llenan los Bolsillos' para finalizar con la traca final de 'Lejos de Aquí', 'Passion Whine' y una archicoreada 'Calma' que supuso uno de las escenas más mágicas que ha visto este décimo aniversario del festival.
Para cerrar esta primera jornada, el dj más solvente, carismático y elegante de los cuatro días de festival Oliver Heldens, trajo a Burriana un set calcado al que llevaría semanas antes en el gran festival de electrónica Tomorrowland, Bélgica. Incluyendo mezclas de todos los tiempos, escogió unos temas acertados sonando homogéneo sin aburrir.
Viernes 2 de agosto
A pesar de que la segunda jornada estuviera sentenciada a condensar su pico más alto de público hacia la madrugada, la tarde contó con Rayden que siempre es un buen aliciente. Una vez más sorprendió con un espectáculo marcado por la complicidad con el público, las improvisaciones y las intervenciones antes de arrancar sus temas. De ese modo, nos enseñó como entonar la canción favorita de su hijo 'F.D.M.P.P.A', concienció a la audiencia sobre el marco político en el que vivimos o puso el grito en el cielo contra las agresiones sexuales con ese ya clásico que es 'Caza de Pañuelos'.
Otros de los que frecuentan el festival de Burriana, edición tras edición, son los catalanes Dorian quienes protagonizaron un show dominado por el confeti y un gran juego de luces. Al principio les costó despegar, pero muy pronto su espectáculo fue creciendo de manera gradual hasta detonar con 'Paraísos Artificiales' y 'Tormenta de Arena'. Infalibles como siempre.
King Jedet desató su pop urbano reconociendo de entrada que no se esperaba tal cantidad de público. Su espectáculo resultó empoderador y reivindicativo a partes iguales, y se hizo acompañar por dos bailarinas con las que entonó 'Miami' dos veces, 'Mentiras' y 'Reinas' sin su "alma gemela" Ms Nina a la que visitaría sobre el escenario al día siguiente. Tampoco dejó pasar su personal interpretación de 'Porque Te Vas' de Jeanette que fascinó a Cecilio G hasta el punto de incluirlo en su álbum "Million Dollar Baby".
Otro grupo veterano y habitual del festival son Fangoria quienes con más de tres décadas de trayectoria hicieron bailar a una pista ávida de 'Fiesta en el Infierno'. Con unos espectaculares visuales a sus espaldas, Alaska dio voz a un buen puñado hits de la banda entre los que no faltaron: 'Espectacular', 'A Quién Le Importa' y 'Dramas y Comedias'. Además se encuentran en plena celebración de su 30 aniversario y por ello Alaska rescató 'Ni Tú Ni Nadie', así como algunas de las emblemáticas canciones de su álbum "Extrapolaciones y dos preguntas" (1989-2000). Inmediatamente después irrumpió el salvaje show de Nancys Rubias en el escenario Negrita, continuando una fiesta desenfrenada capitaneada por un Mario Vaquerizo entregado al compás de las letras pegadizas de 'Alfabeto Nancy', 'Barbie Debe Morir' o 'Yo Sí Bailo', tema en el que apareció Alaska sobre el escenario.
Una vez más el reguetón fue el protagonista del festival con Anitta en el escenario Desperados. Uniformada con un prohibitivo chándal verde de Gucci con cinta a juego y unas zapatillas con plataforma que se cambiaría a la tercera canción, Anitta dio el pistoletazo de salida a un espectáculo de inagotable ímpetu, acompañada de unas bailarinas que seguían todos sus pasos. Como un torrente bajo los focos, la cantante brasileña exprimió cada una de sus canciones con actitud y firmeza.
Si el año pasado el festival sostuvo los mashups de The Tripletz, esta edición contó con la mitad del dúo con Luc Loren al frente de la remezclas. En un show menos lucido que el de la vez anterior, pero con la misma intensidad musical. El llenazo que protagonizó en el escenario Negrita no pareció notarlo demasiado.
Para rematar, el mayor reclamo de la noche, el pinchadiscos holandés Martin Garrix, se hacía servir de su mesa para hacer vibrar a una explanada atestada como en ninguna otra jornada. Escogido por tercer año consecutivo como el número uno del mundo por la revista DJ Mag, (ya fue cabeza de cartel también en 2017) la coreografía de luces, fuego y remezclas de éxitos comerciales como propios con 'In the Name Of Love', 'Animals' o 'No Sleep' tampoco defraudaron en esta nueva edición.
Sábado 3 de agosto
En la tercera jornada el indie fue el protagonista. Empezamos con un Iván Ferreiro que, para su pesar, vivió uno de los conciertos menos concurridos del festival. Reservó sus temas más representativos para la segunda mitad de su concierto, durante la que sonó 'Pensamiento Circular', 'Años 80' y 'El Equilibrio Es Imposible' en un extenso karaoke junto al público. Tras él, los infalibles Carolina Durante experimentaron un progresivo crecimiento de público a medida que iba avanzando su set. Y es que resultó ser una hora demasiado temprana que no impidió que Diego Ibáñez y sus compañeros nos regalaran sus ya famosos contoneos mientras entonaban de forma intercalada los temas de su último largo y "Necromántico".
Por su parte, Vetusta Morla también vivieron un evidente descenso de asistencia, sobre todo si lo comparamos con sus últimos shows en festivales. La banda madrileña que bromeaba “estar más tiempo en festivales de la Comunidad Valenciana que en su casa”, trajo al festival de Burriana su formato de “show dedicado al amor incondicional”. En su línea, Pucho se mostró muy cercano al público bajándose de la tarima para cantar junto a sus seguidores, además del momento medley/mix de canciones de artistas vecinos de cartel que se ha convertido en tradición este verano.
El plato fuerte de la noche Thirty Seconds to Mars acabó mostrando uno uno de los shows más brillantes de esta edición. El concierto empezó con un solo de batería imponente por parte de Shannon Leto, para poco después dejar pasar a su hermano Jared Leto envuelto en una capa blanca y unos brillantes pantalones azules con los que recorrió la pasarela de punta a punta desde el primer minuto. Su presencia sobre la tarima ya era algo indiscutible, pero su poder para animar al público, invitarlo al escenario y hacerlo saltar o corear cada uno de sus temas, fue la sorpresa para un show que desprendía positivismo y diversión.
Por su parte, la artista de La Vendición, Ms Nina, hizo temblar el Negrita revolucionando al personal. Volviendo al perreo de la primera jornada, puso a bailar hasta al más tímido al grito de “quiero ver vuestro culo hasta el suelo”. Repasó sus temas de "Perreando por fuera, llorando por dentro" e invitó a su incondicional Jedet para interpretar juntos la gran esperada 'Reinas'.
De vuelta al escenario Desperados, Lola Índigo aparecía con un retraso que afectaría al resto de la jornada. La que se ha convertido en un fenómeno tras su paso por Operación Triunfo, desplegó un espectáculo compacto alrededor del baile y temas que no hacen otra cosa que sumar visitas. El concierto abarrotado de Mimi Doblas, visiblemente agradecida, puso su broche final con una emocionante pedida de matrimonio en directo convertida ya en viral para cerrar sobrepasando el tiempo con su máximo hit 'Ya No Quiero Ná'.
La sesión de electrónica de la jornada vino a cargo del conocido DJ holandés de ascendencia turca Ummet Ozcan. De la casa de Spinnin Records por más de diez años, uno de los sellos más importantes de EDM, aunque desde ya hace un año que lanza a través del suyo propio OZ Records, el holandés entusiasmó al gran público con un buen puñado de mezclas nuevas arrancando al son de Star Wars. Unos juegos de luces y efectos de humo fueron el acompañamiento perfecto para una sesión algo afectada en cuanto a sonido.
Domingo 4 de agosto
La última jornada ya observaba llenazo a primera hora con los valencianos Zoo al mando para abrir el Negrita. Siguiendo la mecánica de sus conciertos, dieron un buen repaso a los temas de "Raval", descargando las infalibles 'Ventiladors', 'El Cap Per Avall' para atreverse, incluso, con 'Rituales De Santería' como han comenzado a hacer en su última gira. Poco después, el rap conquistó cada rincón del festival empezando por los granadinos Ayax y Prok. Una buena masa de fans siguió sin parpadear el show de los enérgicos gemelos que se dejaron la piel en cada freestyle dedicado a su público. Controvertidos e incluso denunciados por lo crudo de algunas de sus letras, los gemelos continúan al pie del cañón defendiendo la libertad de expresión cada vez que se suben a la tarima. Rozaron lo más alto con 'Fresas Con Nata', al que Prok aseguró estar trabajando en la segunda parte y una emotiva 'Dama de la Guadaña' a cargo de Ayax.
Antes de volver al rap, Morat daba inicio a su show en el escenario Desperados desgranando uno a uno sus temas más conocidos con 'Cómo te Atreves', 'Besos en Guerra' o 'Mi Nuevo Vicio'. La banda colombiana en una estudiada puesta en escena dio un cambio de aires al imperante mix de rap y trap de la última jornada. Más tarde, Tote King hacía su aparición, sorprendentemente, sin apenas público. La lírica del sevillano se movió en un ritmo frenético, arropado por su hermano Shotta en los coros con algún guiño al álbum de este último, "Salvaje". No obstante, los temas de "Lebron" fueron la constante de su concierto con alguna visita íntima a 'Bartleby & Co' y uno de sus últimos sencillos 'Habla Mi Mirada' junto a Waor y Dollar Selmouni.
Con el rap todavía como género dominante, otro de los más esperados salían a escena. Natos y Waor arrasaron en un formato combinado de rap crudo, de la calle y sin pelos en la lengua, de los más aclamados. Interpretaron sobre todo canciones de su último álbum de las que “Cicatrices”, “Bicho Raro” y “Piratas” no pudieron fallar.
El crecimiento exponencial que ha llevado la catalana Bad Gyal en el último año parece mentira, pero no lo és. Si en la anterior edición la reina nacional del dancehall hacía acto de presencia a primera hora de la tarde, esta edición lo hacía por todo lo alto bien entrada la madrugada. Ella misma reconoció en una breve intervención el notable cambio que ha percibido el panorama, cada vez más abierto al dancehall. En un exagerado y exacerbado show, Alba Farelo y sus bailarinas atraparon toda la atención del público desde el primer minuto con 'Jacaranda'. No faltaron los viejos hits como 'Candela', 'Yo Sigo Igual', así como los últimos éxitos de 'Santa María' y la recién salida del horno 'Hookah'. El cierre final contó con los temazos 'Internationally' y la adictiva 'Fiebre'.
Otro que volvía irreconocible tras su incomparable éxito después de dos años fue “el madrileño” C. Tangana. Cabeza de cartel de la jornada y protagonizando un llenazo de asistencia, su show (el más reducido para constituir uno de los máximos reclamos del domingo) fue discreto y sin aderezos. Él solo frente a la multitud descargó cada uno de sus temas 'Caballo Ganador', 'No Te Pegas', 'Duro' o 'Guerrera' con el constante karaoke del público. Seco y distante, no fue hasta 'Un Veneno' cuando se dirigió a la audiencia para explicar que esa canción “le recordaba a su parte mala”, una pequeña referencia al doble filo que ha supuesto su propio boom. Con el detalle de incluir el piano eléctrico en directo en temas como 'Antes De Morirme', el ídolo de la música urbana dejó la tarima ardiendo entre llamaradas con 'Llorando en la Limo' prácticamente sin despedirse.
La noche llegaba a su fin con las remezclas de otro DJ holandés. Don Diablo, quien también vino directo del festival Tomorrowland, fue el encargado de cerrar las actuaciones en el escenario principal. El singular símbolo de la electrónica de los últimos tiempos estuvo acompañado de efectos de luces y un espectacular colofón final con fuegos artificiales desde diferentes puntos de la explanada. Un cierre de aniversario rozando el cielo.
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