La pequeña-gran mujer que es Ani DiFranco volvió, cantó y triunfó otra vez. Y por todo lo alto, porque pocas veces se ve a un público tan unánimemente convencido sin necesidad de abusar de los decibelios, tan sólo con talento. Quedó muy claro que ella ya tiene a un buen puñado de incondicionales en esta ciudad. Antes le tocó abrir fuego a Paul Fuster, alguien que también quiere abrirse camino con el mínimo arsenal (él y su guitarra). Este cantautor de apellido catalán y nacido en EE.UU. está haciéndose un lugar y su propuesta tiene fuerza para ello, aunque se percibe un cierto titubeo en el escenario, tal vez contribuye esa impresión de que el chico vive colgado de una nube. Ani DiFranco capta la atención del público desde el primer momento y lo mantiene embelesado durante todo el concierto, eso sí son tablas. Vino acompañada de su banda habitual en directo, con la que ha grabado «Up, Up, Up, Up, Up, Up», su último trabajo, a la que ahora hay que añadir a Julie Wolf a los teclados y coros. Ani tiene repertorio para parar un tren y sólo se detuvo en este último Cd en cuatro ocasiones: la preciosa «Tis Of Thee», «Virtue», «Jukebox» (casi funk con wah-wah) y «Angry No More» a dúo con Julie al acordeón. Eso permitió gozar con temas de sus anteriores discos «Little Castle Magic» (98) y «Dilate» (96). Su voz cálida y su guitarra son armas suficientes para vestir sus canciones y eso no quiere decir que la banda sea una anécdota, todo lo contrario, le acompaña sin quitarle el protagonismo. Prometo ir a verla tan a menudo como se deje caer por aquí.
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