El desatado
ConciertosÁngel Stanich

El desatado

8 / 10
Raúl Julián — 15-02-2022
Empresa — La Cueva del Jazz
Fecha — 12 febrero, 2022
Sala — Teatro Ramos Carrión, Zamora
Fotografía — Raúl Julián

Ángel Stanich ya había visitado Zamora en varias ocasiones con anterioridad, actuando en diferentes formatos en las dos salas con más solera de la provincia: Avalon Café y La Cueva del Jazz. Los responsables de este último local fueron esponsables de cerrar la nueva cita del músico en la ciudad, dentro de la programación ofertada por el Teatro Ramos Carrión. Una ocasión ante la que el público no respondió en la medida de lo esperado dejando buena parte del aforo sin cubrir, en una circunstancia que lejos de desalentar al protagonista pareció motivarle exponencialmente.

Porque, junto a la excelente banda de cuatro músicos adicionales de la que se hace acompañar en la actualidad, Stanich ofertó un concierto inapelable y tremendamente efectivo, además de (por qué no decirlo) algo efectista, peculiaridad que poco importa si, como es el caso, el asunto viene rodado desde el principio. El quinteto lució de lo más engrasado sobre el escenario, mientras la imagen algo taciturna e incluso malhumorada que Stanich había dejado en alguna de sus actuaciones previas daba paso a un músico expresivo, locuaz y definitivamente desperezado. Unas circunstancias que señalan a un Ángel Stanich en su mejor momento, disfrutando sin tapujos de su explosión definitiva a todos los niveles.

La bonanza compositiva se concreta en el más que notable ‘Polvo de Battiato’ (Sony, 21) –que a su vez cogía el testigo del EP Una visión global bastante aproximada (Sony, 21)–, pero también (y quizá, ante todo) abarca a la propia ejecución escénica presentada por la formación. El cántabro se mostró ininterrumpidamente eléctrico, animoso y enchufado sobre las tablas, mientras caían no pocos temas de su ya generoso cancionero. Entre la selección destacaron piezas arrasadoras en base al contenido inteligente y ácido que late en su lírica, caso de “Rey idiota”, “Carbura”, “Dos boyscouts de mierda”, “La historia es fácil”, “Nazario”, “Motel Consuelo” o el glorioso trío final compuesto por “Escupe fuego”, “Metralleta Joe” y “Mátame camión” certificando el festejo.

Un concierto tan impecable en interpretación como divertido en consecuencias, que a lo largo de dos horas insinuó que Ángel Stanich bien podría ser uno de los artistas con más estribillos pegadizos en su casillero dentro de la escena patria. La banda se despidió, ya con el público puesto en pie y celebrando el encuentro, al ritmo del propio Franco Battiato y su inmortal “Centro di gravità permanente”, con un definitivamente feliz Stanich negándose a abandonar el escenario enfrascado como estaba en su baile. Bienvenido sea este nuevo Stanich, el desatado.

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