La primera visita de la banda de Austin a Madrid se saldó con un balance agridulce. La parte amarga obedeció a la incomprensible paupérrima entrada -¿la competencia de AC/DC o el Primavera Sound?-, así como al sonido embarullado que, aunque mejorara algo sobre la marcha, no les hizo justicia. Lo (muy) positivo lo puso el cuarteto liderado por Conrad Keely y Jason Reece, únicos miembros originales: la velada fue de menos a más, con una primera parte en la que interpretaron con el vigor necesario su “Source Tags & Codes” de 2002 -su cumbre creativa-, y una segunda en la que añadieron canciones de su amplio repertorio, siempre fiándose a su vertiente más hardcore, o rock a secas, y con Jason Reece y Jamie Miller intercambiándose batería y guitarra con pasmosa facilidad.
Defendieron con uñas y dientes sus canciones, como si quisieran sobreponerse a las adversidades reivindicándose: misiles como “While You Smile Again” o “Totally Natural” alcanzaron unos niveles de visceralidad rockera apabullante. Dueños de una discografía tan ambiciosa como irregular, dejaron los experimentos con gaseosa y los barroquismos para otra ocasión y fueron al corazón punk de su sonido, aunque sin olvidar del todo las dinámicas y desarrollos que los han convertido en inclasificables; y dejando a su exigua parroquia de la noche con inmejorables sensaciones.
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