Incursión vikinga
ConciertosAmon Amarth

Incursión vikinga

7 / 10
David Sabaté — 14-11-2016
Empresa — Madness Live
Fecha — 12 noviembre, 2016
Sala — Razzmatazz 1, Barcelona
Fotografía — Edu Tuset

Los suecos Amon Amarth son toda una sensación en Europa: tienen un sonido claramente reconocible, una imagen impactante y un directo cada vez más espectacular, ya sea en el escenario grande de cualquier macrofestival o en clubs de aforo mediano como Razzmatazz. Musicalmente se les puede echar en cara cierto acomodamiento y repetición en las formas, lograda la fórmula del éxito, pero en directo, amigos, esa es otra historia. Antes de poder comprobarlo acudimos puntuales para ver a sus dos lujosos teloneros: Grand Magus, quienes despacharon sus retazos de heavy metal de querencia doom entre aplausos y puños en alto (destacó “Steel Versus Steel”, de su anterior “Triumph And Power”, mejor que cualquier hit potencial de, pongamos por caso, los Manowar actuales); y Testament, a quien dolió un poco ver abriendo para una banda menos veterana y, sobre todo, con un sonido desdibujado que no hizo justicia a su thrash metal fundacional.

Casi irreconocibles, a pesar de volarnos la cabeza con hitos metálicos como “Over the Wall” o “Into the Pit”. Amon Amarth salieron, finalmente, exultantes, con un escenario el doble de profundo, un casco vikingo gigante sobre el que aporreaba la batería el recién incorporado Jocke Wallgren, y temas tan arrolladores como “The Pursuit of Vikings”, de su lejano “Fate of Norns” de 2004, con el que abrieron el set. Hasta el tercer tema no sonaron notas nuevas, aunque no mejores que las anteriores. Su depurada producción no ha ido acompañada en los últimos discos de una creciente inventiva, aunque en lo suyo, actualmente, tienen pocos competidores. El quinteto supo explotar, además, el sentido del espectáculo con guerreros luchando sobre el escenario e incluso un enorme dragón hinchable, en sintonía con los atrezzos a lo grande de unos Iron Maiden. Nada que objetar cuando el repertorio remontó en calidad e impecable ejecución hasta coronarse con los himnos vikingos “Guardians of Asgaard” y “Twilight of the Thunder God”. Tan previsibles y, aún así, poderosos, como el trueno que sucede al rayo.

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