Puede que Russian Red tenga gestos algo repelentes, pero en éstos casi siempre hay una cara y una cruz, cuando no una malinterpretación. Lourdes puede cometer grandes cagadas en Twitter, pero esta vez (lo de “no tengo disco nacional favorito de 2012 porque ninguno ha pasado de mediocre”) era un bulo. Puede tener momentos de diva-wanna be, como cuando ayer cambió de vestuario para los bises comentando que el atuendo era un obsequio de fulanito de tal (un comentarista musical no tiene por qué saber de estilistas), que le “regaló una increíble tarde de moda para probarme vestidos”. Pero, amigos, tal como salió estaba preciosa. Puede parecer un poco flipadilla poniéndose a la batería con la versión de “Come Together”, cuando ese ritmo podría hacerlo un gibón. Pero qué demonios, también tuvo su gracia.
Todo eso, además, pasa por alto cuando ante ti se revela una artistaza de padre y muy señor mío. Respecto a su voz, nada que objetar y mucho que admirar. Rozando la perfección, su garganta manejó agudos, modulaciones, texturas y arrebatos con una soltura y elegancia que cuesta mucho encontrar en el panorama femme-folk. En el plano "entertainer" la madrileña también va mejorando. Se dirigió varias veces a la audiencia para bromear, o para explicar esta o aquella anécdota de la grabación o la composición de su disco, pero con el discurrir de las copas el rumor de los parlanchines incansables se hizo tan molesto que apenas se la podía escuchar. Tampoco se perdieron gran cosa los que querían oír sus chanzas, sobre todo cuando hacía partícipe al sosísimo Brian Hunt, incluso cuando jugaron la baza morbosa de plantar sobre las tablas una pequeña discusión cuasi-parejil sobre el origen de una canción. Lourdes también sigue aprovechando su perfil Lolita: "No sabíamos cómo llamar a esta canción (refiriéndose a “Tarantino”), pero un día entró en el estudio el espíritu de este señor, que es muy interesante, y nos dijo que su nombre tenía que ser el título. Y bueno... Eso...". Los fans arrancaron a aplaudir y ovacionar a la artista madrileña, tapando su infantil atasco mental para acabar la frase.
En lo musical, la banda fue como una máquina con engranajes milimétricamente ajustados. Llamó la atención cómo Bob Kildea y Stevie Jackson, de Belle and Sebastian, eran capaces de amoldarse a cualquier planteamiento rítmico, ya fuera telúrico o de mesa camilla, sin mover una ceja. Hunt fue de menos a más con sus ejecuciones a la guitarra, y tuvo su minuto de gloria cantando parte de las estrofas de “Cigarettes”. El resto del grupo cumplió con mucho oficio en cada tema del repertorio, que incluyó “The Memory Is Cruel”, “Nick Drake”, “Everday, Everynight”, “I Hate You But I Love You”, “The Sun, The Trees” -una de las pocas que consiguió mover a la audiencia, que estuvo paradísima exceptuando a algunos incondicionales de la primera fila-, “Loving Strangers” o la deliciosa “January 14th”, con la que cerró el set antes de los bises.
Entonces salió con el vestidito de marras y acompañada por Álex Ferreira, al que hizo partícipe, ay, de otro de sus momentos “repelentes”: un duelo cantado de piropos al estilo “no, tú molas más”, que el venezolano cerró con un “bueno, ya está bien”. El rubor, sin embargo, volvió a desaparecer en un santiamén cuando la música sonó de nuevo, pues juntos rubricaron un estupendo final con cuatro de las versiones de los Beatles que ya han tocado con anterioridad: “Lucy In The Sky With Diamonds”, “Come Together”, “In My Life” y “She Said, She Said”.
Aunque el público no lo pidió con muchas ganas, la banda al completo salió de nuevo con un bis más, la ultra-percusiva “Mi canción 7”, para despedir con mucho ruido un fin de gira que hoy se certificará en la Razmatazz de Barcelona.
Álex Ferreira es dominicano, no venezolano. Checad vuestras fuentes.
Russian reprimida red a ver si te echan un polvo hija
El PEOR público que he visto pidiendo un bis, de hecho ni se molestaron en pedirlo. No se merecían que salieran otra vez.
humildemente para mi fue un concierto frîo, mentiroso.
Pues es verdad que parece que la chica se lo tiene creido, pero también me parece que tiene para creérselo porque lo hace muy bien, aunque también es verdad que la suerte y los planetas se han juntado para que todo el mundo le haga caso. En fin,,, yo me alegro por ella...
rancia, aburrida, nada de lo que hace vale la pena...eso si, monísima de la muerte