El carismático Adan Jodorwsky presentó hace casi dos años su primer trabajo en solitario, “El Ídolo” (2009), en una serie de actuaciones inolvidables y esperpénticas. Turno ahora para “Amador” (2011), segundo personaje de una planificada trilogía en la que el multidisciplinar creador muta de personalidad a cada entrega. Artista total, los conciertos del franco-chileno van siempre más allá de la habitual interpretación musical, a pesar de que su nueva identidad resulte melódica y cercana a la canción ligera. Quizá por eso la banda reservó la primera parte del espectáculo para recientes composiciones de meditación romántica como “Amor sin fin”, “Niña roja” o “Basta del oscuro”. Con “Estoy mal” el vocalista recuperó el traje que mejor le encaja: cómplice, caradura, sexual, manipulador, canalla y (en ocasiones) excesivo. Fueron temas como “Ídolo”, la maravillosa “You Are The One” compuesta junto a Devendra Banhart, “Etoile Eternelle” o “J'aime Tes Genoux” los que desataron esa performance en la que la música era (válida) excusa para acompañar a una efectista ejecución de implicantes resultados. El remate vino con el triunfal paseo de la comitiva por la sala a ritmo de “Me siento solo”, demostrando que Adanowsky no sólo maneja bipolaridad con innato magnetismo e incuestionable poder presencial, sino que además arrastra tras su figura al rendido público.
Always rernsehifg to hear a rational answer.