Nos acercamos a la vitoriana sala Jimmy Jazz con ganas de disfrutar de una tarde entretenida y alejada de la monotonía pandémica imperante, de la mano de los locales Entropía y de los ovetenses Acid Mess, banda esta última muy aclamada, por crítica y público, tras presentar su más reciente disco, el trepidante "Sangre de Otros Mundos".
Con puntualidad extrema Entropía (foto encabezado) se alineó sobre el escenario. Buen concierto el que ofrecieron los gasteiztarras, muy mejorados respecto a las anteriores ocasiones que nos habíamos topado con ellos. En apenas cuarenta minutos ofrecieron gran cantidad de rock espacial y ambiental sin caer en la divagación, todo lo contrario. Apuntaron certeros al sol y caminaron junto a él, dejando detalles de filigrana instrumental, sobre todo por parte del guitarrista, quien estuvo bien secundado por la base rítmica y por un teclado que a menudo ejerció de guía espiritual. Compactos y convencidos, consiguieron llegar a la luna y plantar flores en ella.
Acid Mess (foto inferior) tocaron al completo el disco anteriormente citado. Comenzaron fuerte con "El Reflejo de Su Piel", variando un poco su principio, con la invitada Aurora Salazar aportando con su voz ese toque andaluz tan característico. Alargada hasta casi el cuarto de hora, esta canción supuso una inmejorable carta de presentación. A continuación, "Futuro Sin Color", con ese bajo tan presente, nos ayudó a visitar mentalmente tierras del Lejano Oriente, haciendo primero una parada en algún garito rockero de la más cercana Europa. Como dijo el cantante y guitarrista, una auténtica punkarrada. Con "Salvaje Historia" asistimos a uno de los mejores momentos del particular viaje astral propuesto por los asturianos. Riffs guitarreros con músculo y melodía al servicio del reivindicado homenaje a los influyentes Triana, con la voz de Aurora como destacada protagonista. Tras una introducción percusiva, entre humo y sortilegios, se dejó ver la "Hechicera", quien a ritmo de conjuros fue adquiriendo la forma de una misteriosa jam session. A modo de fatal premonición, "Infierno Gris" se deslizó sinuosa sobre nubes en blanco y negro, acariciando frecuencias jazzeras con su preciosa melodía. Pero la nubosidad tornó en tormenta, y los problemas técnicos y de sonido que sobrevolaron toda la actuación, hicieron inevitable un parón de varios minutos que deslució en alguna medida el esfuerzo de los músicos.
Subsanado el percance, "Hijos del Sol" y "Fuego al Templo" acudieron al rescate. La primera, con el bajista dándolo todo a la voz y con el teclado como gran maestro de ceremonias, aportó el pasaje con más caña rockera del repertorio, mientras que la pirómana tampoco escatimó energía y virtuosismo a la hora de concluir con un buen sabor de boca. Pero todavía quedaba pendiente una agradable sorpresa que a más de uno y de una dejó con una sonrisa de oreja a oreja, la interpretación de "I Want You (She's So Heavy)", de los Beatles, que Acid Mess llevó a su hipnótico terreno, ultimando una llamativa mezcla sonora.
Ritmos latinos, psicodelia, flamenco, rabia grunge, toques árabes... Progresión hacia todas partes.
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