Empezar el año con una dosis de buen metal extremo da gusto. Y más si al iniciarse el concierto te das cuenta de lo llena que estaba la sala, a pesar de ser un horario aún muy temprano. Sin embargo, creo que esta vez todo el mundo hizo lo posible para no perderse ni una solo minuto del concierto de los escoceses Hellripper. Su último disco “Warlocks grim & whitered hags” ha entrado en todos los buenos top 10 de este año y es que, su black n’ roll y su speed metal, logran rejuvenecer a todo el mundo que les escucha. Por eso no es de extrañar que solo llegar viéramos su puesto de merch abarrotado de gente y solo con salir el escenario todo el público de la Salamandra conectó con ellos con solo oír el primer guitarreo de su primer tema “Vampire’s grave”. El cantante y guitarra James McBain es la banda, y consigue que el resto de los músicos que le acompañan en la gira le sigan y hagan que cada concierto funcione gracias a temas como “Nekroslut”, “Goat vomit nightmare” y, como oyente, vas degustando riffs de Slayer de esos primeros Metallica de un grupo que ha mamado esa esencia primeriza del thrash y saben como llevarla al directo. Un concierto de 10 que en breve empalmaría con la banda americana de Joel Grind llamada Toxic Holocaust que darían su segundo concierto en Barcelona después de ese mítico y explosivo bolo en la Estraperlo hace ya la friolera de 13 años.
Toxic Holocaust son una de mis bandas favoritas y su primeros tres discos son verdaderas bombas de speed y black thrash, aunque eso si, estos 13 años creo que les han pasado factura, ya que cada vez noto más que su directo falta una guitarra de acompañamiento a los solos de Rob Grey que, enfundado en su camiseta de Anthrax de Juez Dredd, hacía lo máximo posible. Aunque parezca que los critique, no es para nada mi intención ya que su directo fue muy bueno, pero creo que el público no reaccionó como con Hellripper. Cayeron temas de esos primeros discos olvidándose del último que sacaron. “Wild dogs”, “Nuke the Cross” o “War is hell” fue donde todos nos volvimos locos. Con ganas de más nos dejaron y al poco rato Abbath se dejaría ver entre la niebla para salir al escenario y cuyo plan de poner a dos bandas jóvenes y rápidas de teloneras comprobamos que le funcionó a la perfección.
El concierto del noruego empezó con “Triumph” y rindiendo homenaje a Immortal una de las mejores bandas de black metal que ha habido en este planeta. En directo Abbath se basta de luces con colores densos y niebla que hace difícil distinguirlo. Va haciendo poses, saca la lengua y camina hacia delante de todo del escenario para hacer los riffs delante de la gente. De Immortal sonaron “In my kingdom cold”, “Tyrants” y “Nebular ravens winter” creo recordar y justamente fueron esas las canciones más celebradas en una sala totalmente a reventar. Sus temas propios como “Hecate” o “Winterbane” también funcionan aunque quizás llenen un poco menos a sus fans. A algunos les gustará más y a otros menos, pero viendo la tónica de las veces que hemos visto a Abbath en sala estos últimos años, creo que le tendremos en directo para unos cuantos años, haciendo lo suyo, lo de Immortal o lo que él quiera.
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