A PERFECT CIRCLE
ConciertosA Perfect Circle

A PERFECT CIRCLE

1 / 10
Redacción — 10-02-2004
Empresa — Iguapop/Cap Cap
Fotografía — Archivo

El concierto lleva unos cuarenta minutos de ejecución casi perfecta, me giro y comento con un amigo que me acompaña que ya no hay en la actualidad cantantes como Maynard. Antes sí. Antes teníamos a Wood, Cornell, Hoon, Lanegan, Weiland, Garcia, Staley… ahora algunos de ellos andan enfrascados con más o menos suerte en carreras propias o proyectos oportunistas (como esos Velvet Revolver) y ya no es lo mismo. Les falta la fortaleza de una banda de verdad sobre la que desarrollarse. Y eso es precisamente este invento. Una fortaleza sobre la que el cantante de Tool se erige en auténtico protagonista de la velada, dejando al resto de sus afamados compañeros a la altura de meros comparsas. Unos acompañantes junto a los que desplegar unas sólidas composiciones (en especial de su segundo álbum) aunque haya algo que no encaje del todo. El sonido, la actitud, la puesta en escena y la ejecución son inapelables, pero uno acaba por tener la sensación de que a esta banda le falta alma, duende o sentimiento. Eso que es tan difícil de describir, pero que es básico para diferenciar a una banda de verdad de un simple colectivo de instrumentistas que de forma muy inteligente han diseñado su propuesta para triunfar. Porque A Perfect Circle son muy conscientes de que, en la actualidad, hay poca competencia decente entre las bandas de rock duro de tintes épicos y que la única que les podría hacer sombra (QOTSA) carece de un cantante que los mitifique y lo haga muy grandes. Lo suficiente para tocar en un pabellón de deportes y no en una sala para mil personas. La jugada les ha salido bien y me alegro, pero Tool es una banda y A Perfect Circle no.

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