Que conste que los retornos, las giras aniversarios y demás estrategias comerciales musicales me huelen siempre a podrido. Pero esta vez volver la vista a atrás resulta estimulante y un acto de justicia. Han pasado veinte años de “Hecho, es simple”, una de las piedras angulares del rap en este país, bien merece una gira de celebración y punto. Sigue molestando, doliendo y emocionando…
Muchos esperaban ansiosos montarse en el Delorean de McFly para volver a los días en que Mucho Muchacho reinaba en el hip hop nacional. Por momentos se temió que no arrancara el bolo por problemas de la banda para llegar a Valencia por un accidente de tráfico que les dejó con el tiempo justo para salir al escena. Un cincuenta por ciento de 7 Notas 7 Colores se bastó para poner la sala Jerusalén en órbita.
Como dos décadas atrás mucha hierba y mucho humo, beats duros y rimas puercas, muchos cabrones recordando los días del pasado que no volverán. Desde que “Buah” se adueñó del escenario, la parroquia entró en una catarsis con un disco que sigue atronando incluso mejor que en 1997. No fue un “toma la panoja y corre”, fue un vini vidi vinci en toda regla. Mbaka Oko acompañaba a Mucho Muchacho con excelencia y buen hacer. Y mientras los dos MC’s se iban quitando capas de ropa, ese mismo fuego incendiaba al público con clásicos del género… “En el fuego”, “Les gano a todos”, “Sube en mi nave espacial” o “Mucho cabrones”.
No tenían pausa, no estaban para regalar ni un solo segundo, con lo que el público entró en ebullición con una sonrisa en la cara, disfrutando con unas rimas cerdas capaces de provocarte un subidón que te salva la semana, el mes o incluso tus años de mierda. Mención aparte para “Chico, no es un buen negocio” o “Nikes nuevas” y es que también tiraron de hits de otros discos puntualmente. La rabia que destilaron los dos totems sobre el escenario con la mítica “Con esos ojitos” justificó la espera.
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