50 Cent

Para los que llevamos tiempo en el mundillo del hip-hop, lo ocurrido el pasado 16 de diciembre lo tomamos como un punto más que significativo, en cuanto a lo que este género representa en nuestro país. Hasta ahora el rap ha sido considerado minoritario, aunque se hayan celebrado ya varios festivales multitudinarios. Pero nunca antes, un solo artista y viniendo de fuera, ha sido capaz de juntar por si solo a diez mil personas. El listón lo ha puesto el 50 Cent, quien cerró su gira europea en la Madrid, con un concierto espectacular. Particularmente no soy seguidor, ni de la música, ni del concepto que engloban sus letras. Pero es de justicia reconocer que la extravagancia de uno de los "reyes" del hip hop triunfó por encima de su estilo de rima poco espectacular, de sus letras simples y de los tópicos que le envuelven. La puesta en escena impactó, posiblemente por el simple hecho de tener en frente a uno de los iconos del rap actual. Fifty y dos de los miembros de su crew G-Unit, Lloyd Banks y Tony Yayo, aparecieron entre el sonido de disparos. El despliegue audiovisual fue digno de mencionar y aunque tampoco estuvo demasiado comunicativo con el público, al que no le dijo ni una sola palabra en castellano, el sentir generalizado es que firmó una actuación divertida y vistosa. Más de hora y media de directo seguido, sin concesiones, donde todo el mundo se movía al son de sus hits más conocidos. Tras interpretar temas como “Ayo Technology”, “Straight To The Bank”, “P.I.M.P.” o “Hate It Or Love It”, el fin de fiesta nos dejó la imagen del rapero con los músculos al descubierto y en un tris de quedarse en calzoncillos, tras regalar toda su ropa, después de que recibiera a cambio más de una decena de sujetadores.