Viana acoge una vez más el festival MUGACU (música, gastronomía y cultura), que llega a su octava edición consolidado como referente musical del norte peninsular. Un cartel extenso, que mezcla estilos. Eventos para todos los públicos, y varios escenarios, durante la última semana de junio, cuando las noches son más cortas pero más intensas que en todo el año. Viana, una tierra de mugas, una tierra fronteriza con grandes riquezas como las ruinas de la iglesia de San Pedro. Es justamente ahí donde se sitúa el escenario principal que durante las noches del 28 y el 29 alberga los conciertos destacados.
La primera velada da su pistoletazo de salida con sello navarro de la mano de Los Flamingos, Néstor Gayarre (voz y guitarra), Txus Escribano (guitarra), Sergio Lalinde (bajo), Diego Pina (sintes) y Gaizka Sola (batería). Un primer coleteo complicado debido a la poca afluencia de público, al ser los encargados de abrir fuego, pero gracias a su “pop luminoso” y su “gen ribero”, los jóvenes tudelanos salen victoriosos de este “momento oscuro”. Con ‘Reyno’ Los Flamingos recuerdan su paso por la tercera edición del mismo festival en 2019. Con la versión pop-rock de ‘Con las ganas’, de Zahara, el bolo llega a un punto de inflexión rindiendo homenaje a los orígenes de la banda. Aprovechan para presentar en primicia ‘Aviones', tema que no se lanzará hasta el jueves, y protagonizado por unos sintes que llenan cada resquicio de las ruinas de San Pedro. Vamos llegando al final del concierto después de haber pasado por temas como ‘Volver a Casa’ en colaboración con Sean Frutos, de gran influencia para la banda, y ‘Salto al vacío’. Los Flamingos se despiden de un público que ha crecido notablemente en número dejándonos claro que, como ya hicieron una vez, volverán a dar ‘1000 vueltas’ por Viana.
Poco después el dúo Cala Vento (Joan Delgado y Aleix Turón) retoma esa conexión Cataluña-Viana que en su día creó Serrat. A ritmo de un “rock para todos los públicos”, Cala Vento irrumpe en el escenario con ‘Gente como tú’. Un público efervescente que corea sus letras desde el primer momento. Una perfecta simbiosis entre guitarra y batería logrando un sonido que alterna el rock y lo hi-fi. Con ‘No hay manera’ y ‘Tu lugar’ el dúo catalán nos introduce en su nuevo álbum, "Casa linda", característico por unas guitarras potentísimas con los pedales como mejores aliados. Contradiciéndose también, por primera vez, sin cuerdas y confiándose así a los sintes. Para los más fieles al grupo la belleza del concierto radica en el viaje. El viaje paso a paso por la discografía de la banda sin dejar ningún álbum en el olvido. Tras un largo concierto la banda abandona el escenario pero la ovación del público no les es indiferente. Vuelven con tres temas más poniendo broche final con ‘Conmigo’, una explosión sonora liderada por los sintes. Y dejan así paso al plato principal de la noche.
Cala Vento
La banda León Benavente, Abraham Boba (voz y teclado/sintes), Luís Rodríguez (guitarra), Eduardo Baos (bajo) y César Verdú (batería), son los encargados de rematar esta primera velada. Con ‘Tipo D’ y ‘No hay miedo’ el cuarteto irrumpe en escena entre una eclosión de luces y vítores. Temas que ya anuncian la intensidad que va a inundar Viana durante la madrugada. En ‘Amo’ guitarra y bajo se intercambian, gesto que vemos reiterarse durante el concierto y que denota la versatilidad y la calidad musical de los instrumentistas. De la mano de ‘Ánimo valiente’, primer tema de la banda, abrazan sus orígenes “aunque a veces les caigan mal”. Avanzado el concierto vemos como Abraham Boba sostiene un libro en la mano, un ejemplar de ‘Absolución’, y los primeros acordes dan pie a ‘Niño Futuro’. Un íntimo homenaje a ese gran Rafa Berrio que vimos irse antes de tiempo. Ahora los sintes de Boba nos introducen en una dinámica más tranquila, frontera con lo prosaico, pero que enseguida, con ‘Disparando a los caballos’, provoca un nuevo estallido en las ruinas de San Pedro, que, si no fuera porque ya se derruyó, volvería a explotar víctima de todo lo que siguió a este tema. Boba se convierte en el ángel exterminador llamándonos a acabar la fiesta ‘EN EL FESTÍN’, su penúltimo single producto de la electrónica. El show termina con un Abraham Boba rodeado por el público en la pista cantando ‘Ayer salí’. Convirtiéndose así Viana en una gran bacanal electrónica, rozando los límites de un ritual pagano en el interior de una antigua iglesia, con un público claramente entregado como pocas veces se habia visto en Viana.
Tras la marcha de León Benavente el estrépito no cesa gracias al Dj David Van Bylen, que se encarga de guiar a los que aún quedan en pie por su mundo más indie. Calentando para la siguiente jornada.
Da comienzo la multitudinaria velada del sábado, en la que ya se han podido disfrutar de algunos conciertos matinales.Cuatrocientas entradas más vendidas respecto a la jornada anterior, gracias a Jairo Zavala, más conocido como Depedro y su banda formada por Kike Fuentes (guitarra), Héctor Rojo (bajo), Raúl Marques (vientos, acordeón, teclados, instrumentos de percusión) y Martín Bruhn (batería). La sangre latina va alimentándose de cada uno de los espectadores conduciéndolos así a un primer estallido con ‘Nubes de papel’. Seguido de ‘Déjalo ir’, uno de sus himnos. Se adivinan ahora esos primeros acordes de ‘Como el viento’, tema que lo empezó todo. Siguiendo el cauce de los orígenes, Jairo, que empuña una guitarra acústica, guía a la banda hasta el foso sumergiendo la ruinas de San Pedro entre las olas de la cumbia. Marques, a quien antes habíamos visto con un acordeón, ahora conduce al público por las melodías de su trompeta con sordina. Tres guitarras sobre el escenario, una ‘Coreografía’ y algo de bossa-nova. La banda nos introduce de cabeza en este viaje por Latinoamérica. Pasando por cada uno de sus hermosos ritmos y destacando la riqueza y técnica de los instrumentistas aquí presentes. Sin quedar en el olvido, ‘La gloria’ de la chacarera o la sinergia entre el calypso y el funky en ‘Hombre bueno’. Hacia el final del bolo, ‘Te sigo soñando’ y ‘La llorona’ ponen ese broche íntimo con el que el mismo Jairo se emociona. Pero esto dura poco, porque pronto comienza a sonar ‘Mañanita’, tema con el que Depedro se despide y, después de romperlas, reconstruye las ruinas de San Pedro.
Depedro
Tras un pequeño parón, Corizonas, Javier Vielba (guitarra y voz), Rubén Marrón (guitarra), David Krahe (guitarra), Javier Vacas (bajo) y Roberto Lozano Blanco (batería), son los encargados de tomar el testigo a Depedro. Pero tan solo por un rato. Los Coronas y los Arizona Baby, dos bandas con un mismo destino que hacen camino al andar y nos recuerdan lo inútil de las mugas en un mundo contemporáneo. Señalando la evolución como algo crucial. No disfrutamos únicamente del country western original sino de una derivación hacia algo más parecido a lo indie-pop. El escenario va llenándose al ritmo de ‘Nubes negras’, lo que terminó convirtiéndose en un presagio de lo que vino después. Con ‘Todo mal’, Vielba nos recuerda que a veces todo puede salir mal y convertirnos en unos perdedores. Así lo muestran al hacer un mash up de este último con tema con ‘Loser’ de Beck. El público revolucionado hace ver, una vez más, que hoy no será ese fatídico día. Volvemos otra vez a los orígenes. El country y los Pink Floyd se encargaron de unir a estos dos grupos al ritmo de ‘Wish you were here’, la canción que lo empezó todo. La estructura irregular del lugar favorece el buen sonido que destaca unos solos potentes que hicieron temblar Viana durante la madrugada. Llegando al final del show, Jairo Zavala sube al escenario para acompañar a los Corizonas por primera vez en ‘Ilumíname’. ‘Piangi Con Me’ pone fin de forma precipitada, por la lluvia repentina, a un excitante bolo. Pero, si la decadencia del “shalalalalalalá” no pudo vencer al rock n’ roll, el cielo tampoco lo hará, dando paso a la banda encargada de cerrar esta velada, Siloé.
Los vallisoletanos Fito Robles (voz y guitarra), Xavi Road (guitarra) y Jaco Betanzos (batería) conforman la banda Siloé. Con una estética peculiar pero con un sonido no tan distintivo llegan a Viana presentando su nuevo álbum, "Santa Trinidad". ‘La oposición’, con su pop electrónico bailable, va calentando a un público muy colaborativo con las melodías simples de la banda. Con ‘El poder’ dejamos las novedades para viajar de nuevo a los inicios junto a su primer single. Hacia la mitad del concierto aparece sin ninguna necesidad un banjo de seis cuerdas que Fito Robles toca de manera no muy distinta a una guitarra acústica convencional. Una pista programada comienza a sonar y se adivinan los primeros acordes de “Song 2” de Blur. Un interludio que rompe con el hilo del bolo creando una gran contradicción que sin embargo parece maravillar a los incondicionales. ‘Si me necesitas, llámame’ pone fin a un concierto a altas horas de la madrugada pero muy bien recibido por el público, que en ningún momento dejó de bailar.
Los Dj’s Discodelia son los encargados de cerrar la jornada principal del MUGACU, con un cartel muy variado que tocaba todos los estilos, dejando solo pendiente los bolos de Gorka Urbizu y Ane Martija el domingo.
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