Menos es más
ConciertosPrimavera Sound

Menos es más

8 / 10
Redacción — 06-06-2023
Empresa — Primavera Sound
Fecha — 03 junio, 2023
Sala — Parc del Fòrum, Barcelona
Fotografía — Sharon López (Rosalía en portada) Cedidas por la organización

Tras la mastodóntica –en todos los sentidos– edición del año pasado, el Festival Primavera Sound de Barcelona volvía a su cauce habitual. Lo hacía en número de asistentes (253.000 a lo largo de toda la semana), pero también en cuanto al área a cubrir, renunciando al espacio electrónico ubicado en la playa de Sant Adrià del Besos, frente a la planta de energía de ciclo combinado. Unos cambios que dimensionaban de nuevo el festival en medidas más asequibles desde el punto de vista humano, y que se convertían también en aciertos, a la hora de ubicar dos escenarios orientados hacia el mar, justo en la explanada de entrada al Fórum, provocando de paso un tercer espacio en el que se alternaban los conciertos, al igual que ha sucedido siempre, con los dos escenarios situados bajo el paraguas del gran panel solar y los situados en lo que el imaginario popular ha acabado bautizando como “Mordor”, donde se suceden los shows más multitudinarios.

Y así, con esas pequeñas variaciones que pasaban también por ganar espacio justo en la entrada del festival, logrando integrar mejor la programación que se desarrolla en el interior del Auditorio del Fórum, y colocando un pequeño escenario de bienvenida en el que se sucedían showcases de bandas venidas de distintas partes del mundo, nos encontramos con una edición que, como es habitual, nos ofrecería muchas alegrías, algún momento para el recuerdo y resbalones de los que hablar en los corrillos que se forman cuando por casualidad te encuentras con un conocido que está realizando una ruta inversa a la tuya. Y es que, en el fondo, cada asistente al festival tiene un Primavera único que narrar y la combinación de escenarios lo hace tan inabarcable como divertido. Por eso es tan difícil realizar una crónica exhaustiva que contente a todo el mundo y por eso hemos elegido un año más la opción de compartir un listado en orden alfabético de los conciertos que, los varios redactores que asistimos al festival, conseguimos cubrir. Obviamente no estarán todos, pero sí los más representativos. En cualquier caso los suficientes para hacer justicia a la cita musical más importante de nuestro país, no solo en cantidad, sobre todo en calidad y actualidad de lo ofrecido. Porque a nadie se le escapa que grupos o artistas como Turnstile, Maggie Rogers o Pusha T, por poner solo tres ejemplos, es difícil que nos visiten sino es gracias a un evento como este. Por eso, a pesar de los detractores que siempre ha tenido y tendrá una cita de estas dimensiones, a nadie se le puede olvidar que el festival es un referente mundial y eso no es algo que se logre ni por casualidad, ni por el trabajo mal hecho. Más bien todo lo contrario.

En cualquier caso, y antes de dar paso a ese largo listado de artistas, déjenme que les explique a modo de resumen que fue todo un orgullo comprobar de primera mano el triunfo de una emocionada Rosalía en su ciudad, y que incluso nos afloró una lagrimilla al escucharla dirigirse al público en catalán recordando una época en la que ella era una más de entre los miles de asistentes. La “jefa” demostró su valía en un show que se nos hizo corto. Lo mismo nos sucedió con otras citas muy esperadas como las de My Morning Jacket, cuyo bolo representaba la segunda visita a nuestro país en sus veinticinco años de historia, casi nada. También fue corto –o se nos hizo corto– el concierto de Turnstile, que hubieran sido de mayor disfrute en un escenario más pequeño y próximo en el que su incendiario hardcore nos golpeara de verdad en la cara. Justo lo que lograron los italianos Måneskin con un show intenso y dinámico que borró todos los prejuicios que personalmente atesoraba. No los había visto en directo y, aunque sigo pensando que les sobra cierto artificio, pero me lo pasé en grande y eso es lo mínimo que debe pedírsele a su directo y, desde luego, fue mucho más de lo que lograron los suecos Ghost en una actuación algo desubicada. Menos bien resultó también la experiencia Calvin Harris, que solo cabe tildar de chasco. Se presentó en calidad de Dj y tiró de método facilón y populista. Tampoco me llenaron las propuestas de Le Tigre, New Order, The VoidzThe Moldy Peaches, por citar cuatro de las más decepcionantes. Y por el contrario me sorprendieron muy gratamente las opciones de Alvvays, Karate, Self Esteem o Yard Act. Y luego tenemos el capítulo de previsibles. Esas actuaciones de veteranos que cumplieron con el cometido de realizar un show a la altura de la cita. Grupos como The War On Drugs, Sparks, Depeche Mode, Bad Religion o St Vincent lo hicieron sin pestañear, tirando de oficio. Tampoco se despeinaron mucho Blur a los que les noté faltos de rodaje y ensayos. Y en cuanto a los que pude disfrutar en el auditorio, muy bien Julia Holter y, sobre todo, Núria Graham que, junto a Júlia Colom, fueron dos de las actuaciones que más lograron emocionarme por lo próximas que me resultan sus propuestas.

Ahora tan solo nos resta esperar que la cita madrileña del festival traiga tantas alegrías como la catalana y que acabe por consolidarse de la misma forma. Que ya sabemos lo complicados que pueden ser los inicios de cualquier nueva aventura y esta, sin duda, lo es. Don Disturbios

Blur - Foto Christian Bertrand

Jueves 1 de junio

Alex G

Hay veces que todo lo que se necesita es algo de folk. Algo de folk y una mente brillante para darle una vuelta. En eso, Alex G es un experto. Este año, en plena solana del escenario principal, defendió su “God Save The Animals”. Y aunque se trataba de uno de los mejores discos del año pasado, a veces, un espacio tan basto, parecía quedarle grande. Pero nadie puede negar que sacar a Caroline Polachek en “Mission”, le coronó como uno de los tíos-sudadera-gris más guays del festival. Eva Sebastián

Black Country, New Road

El sexteto inglés es un caso extraño dentro del panorama internacional. Atesoran un prestigio enorme y han sabido reponerse del golpe que supuso la marcha de su voz principal sin diluirse. Al contrario, han repartido el protagonismo de forma coral y han escorado su propuesta hacia un indie pop más pastoral en el que pesa tanto el teclado como el saxo, el violín o la flauta travesera. Sin embargo, el escenario principal –el mismo que pisarían Blur o Rosalía– se les quedó muy grande en una propuesta que requiere un mayor grado de intimidad para deleitarse con su pericia instrumental, la de los listos de la clase de música. La anécdota bizarra fue escuchar el himno del Barça tras su actuación ¿Fue por la Champions femenina? Ni idea. Don Disturbios

Blur

No empezó con buen pie el concierto de Blur. El público parecía cansado y la banda sonaba sin empaque, como desordenada y muy falta de rodaje. Parecía que el escenario del Primavera hubiera sido escogido como campo de pruebas para mejorar sus futuros conciertos en casa. Pero poco a poco la cosa fue rodando a mejor, gracias a la introducción del temas incontestables, ya clásicos, como “Country House”, “Parklife”, “Girls & Boys” o “Song 2” casi seguidas. Ahí salvaron lo muebles y mejoraron el sabor de boca de un público heterogéneo que despertó de golpe de su letargo, convirtiendo el escenario principal en la fiesta que se presuponía al principio. Don Disturbios  

Central Cee

No ha pasado demasiado desde la anterior visita de Central Cee a Barcelona, pero parece que el joven londinense va puliendo y definiendo su propuesta a base de rap bien ejecutado y drill para todo tipo de públicos. Apareció entre columnas de humo y brumas, y así se mantuvo durante buena parte de un show en el que la oscuridad parece estar ganando espacio en lugar de perderlo. Habrá que ver hacia dónde le lleva el camino pasados los veinticinco. Joan S. Luna

Drain Gang

Con menos público del que merecían, pero con el espacio suficiente para que los ratas-de-Internet-con-problemas-relacionales pudiéramos bailar, la anti-boy band de YEAR0001 salió con todo a contraprogramar a Blur, en su fiesta etéreamente digital. Bladee, Ecco2k y Thaiboy Digital hicieron suyo el escenario con la fuerza del Monster, y el fantasma de la ausencia de Yung Lean. Cada uno vestido para un concierto distinto, pero sincronizados musicalmente a la perfección Abrieron con “Western Union”, hicieron estallar a su pequeño, pero entregado público y se largaron en medio de un caos eufórico con “Girls Just Want To Have Fun”. Eva Sebastián

Ghost

Los suecos Ghost irrumpieron en el escenario Amazon Music a media tarde, un horario adverso a su propuesta teatral de luces y sombras. El sonido, de graves desproporcionados, tampoco ayudó al principio, pero lo compensaron con tablas y un repertorio que obliga ya a la selección: entre máscaras de su vocalista Papa Emeritus IV repartidas entre el público, puños en alto y cañones de confeti, brillaron especialmente en las coreadas “Mary On A Cross”, “Dance Macabre” y en su reciente versión del “Jesus He Knows Me” de Genesis. Sí, amigas: Phil Collins en el Primavera. David Sabaté

Heather

En una edición en la que las guitarras indie de los noventa y las melodías parecían reclamar de nuevo su cuota de protagonismo, la banda de Heather Cameron nos recordó alto y claro que aquí también hay formaciones que se mueven en esos derroteros y que, encima, se desenvuelven más que bien en un escenario que erróneamente podríamos haber intuido como demasiado grande para ellos. El único pero, que tuvieran que enfrentarse a su compañera de sello, Júlia Colom, a la misma hora y en escenarios enfrentados. Ideal para abrir las tres jornadas fuertes del festival con producto local. Joan S. Luna

Joe Crepúsculo

El tándem que han creado Joe Crepúsculo y Aaron Rux en lo creativo y en lo escénico funciona a la perfección. Perros verdes en nuestro universo pop, cuando unen fuerzas su efectividad de amplifica. Solamente prometen diversión y eso es exactamente lo que ofrecen. Eso e instrumentos que suenan a tiempo real –como bien suele recordarnos Joel en los conciertos–. Una fábrica de baile que mira ahora más hacia atrás que nunca, pero que garantiza un buen rato incluso a media tarde. Joan S. Luna

Joe Unknown

El británico Joe Unknown está destinado a crecer. Sus cifras no son sorprendentes, todavía. Pero viéndole sobre un escenario algo especial se desprende. Parece un tipo grandullón y bravucón, cabreado con la realidad de su entorno, y al mismo tiempo un joven normal y campechano que te invita a volverte loco cuando suena “Silent”. Es calle, es cabreo, es rap, es electrónica y es el tipo que se lo va a poner difícil a más de uno de ahora en adelante. Uno de esos tipos capaces de dar un abrazo de oso y soltar hostias como panes en una misma tarde. Joan S. Luna

Júlia Colom

Cinco de la tarde del jueves y Júlia Colom era una de las encargadas de protagonizar los primeros minutos musicales del festival en sus jornada de pago. Y lo cierto es que la mallorquina aprovechó la ocasión, para dejar constancia del prometedor futuro que tiene por delante. Vestida de blanco mediterráneo, se mostró picarona en sus movimientos de cadera y manos, acompañando los compases de canciones como “Ell i ella” o ese magnífico “Camí amunt” en el que su registro vocal eriza el bello de cualquiera. Se graduó con nota y se ha ganado a pulso un horario mucho mejor en futuras ediciones. Don Disturbios

Le Tigre

¡Ay las expectativas! Cuanto mayores son, más riesgo corres de salir con la cola de la decepción entre las piernas. Justo eso es lo que sucedió con el trío liderado por Kathleen Hanna que regresaba a la palestra de la actualidad y los escenarios. Y es que el concierto ya empezó con el mal pie de un sonido tan deslucido como escaso. Situación que no remontó y que es pecado mortal si hablamos de uno de los grupos bandera del dance-punk de los noventa. Don Disturbios

New Order

Los de Manchester fueron de menos a más a base de dejar sus temas más populares para la segunda mitad de su bolo de poco más de una hora. Canciones como “Bizarre Love Triangle”, “True Faith” o la inefable “Blue Monday” sirvieron para enmascarar una realidad aplastante: el tiempo no perdona. Unos años que se cebaron especialmente en la garganta de un Bernard Sumner que anda gustito pero que, ayudado por la electrónica, acaba por salvar los trastos. Sin embargo, hay grupos de heavy en, pongamos, el Rock Fest de Santa Coloma que son tildados de dinosaurios y aguantan mucho mejor el tipo. Don Disturbios

PinkPantheress

Para este concierto había nervios. Nervios por si llegabas dos minutos tarde y te perdías medio bolo, y por saber si una de las mayores estrellas de Internet actualmente era tan buena como creíamos en TikTok, o si era una desganada en directo cómo se redactó por ahí. Ganamos. PinkPantheress no solo estaba encantada de estar en Barcelona, sino que se entregó a su público, que aún lo estaba más. Ni Ice Spice se sabe tan bien su rap como sus fans. Tan simpática, tan divertida. Solo hits. Una pena que no llevara su esperado e icónico bolso. Eva Sebastián

Rema

Divine Ikubor, más conocido como Rema, cuenta con varios hits millonarios en escuchas, muy millonarios, gracias sobre todo al éxito de “Calm Down” –con o sin Selena Gomez–. De ahí que la presencia del nigeriano reduciese drásticamente la media de edad de los asistentes. Eso fue lo bueno, lo malo es que pese a la indiscutible solvencia de su show –desde las proyecciones a su frescura– en ciertos momentos dio la sensación de que buena parte del público aguantó hasta el final solamente para irse a casa habiendo escuchado “el hit de TikTok”. Mercè Gutiérrez

Self Esteem

Una de las mejoras cosas que te pueden suceder en el Primavera, es acabar en un escenario sin demasiadas expectativas y salir encantado de la experiencia. Justo eso es lo que me sucedió con la actuación de Self Esteem. Propuesta musical de la inglesa Rebecca Lucy Taylor que, acompañada por dos bailarinas-coristas de lo más solventes, más un batería y un bajista que también lanzaba los pre-grabados, protagonizó un vigoroso concierto de pop desacomplejado con un desparpajo y una vitalidad que contagió a un público ávido por jalearla. Muchas con mayor fama no logran ni la mitad del entusiasmo que logra contagiar esta artista. Don Disturbios

Turnstile

Cualquiera que haya vivido con cierto contacto con la escena alternativa en los últimos años sabrá del paso de gigante que han dado los estadounidenses Turnstile con “Glow On”, su acercamiento desde el hardcore al rock alternativo de los noventa. Pero sería un error circunscribir su valía a un álbum, más que nada porque, por citar solo su obra anterior, “Time & Space” ya era un discazo. Nos debían un concierto del año anterior, y nos lo compensaron con creces. Energía a raudales, un solvente e inesperado solo de batería y un Brendan Yates que destila esa extraña combinación de carisma y normalidad que invita a poguear como si estuviésemos viéndoles en un garaje. Desde la distancia los parones entre tema y tema podían entenderse como falta de previsión, desde las primeras filas, como un descanso necesario para que a la gente no le saliesen las tripas por la boca. Eso sí, fue acabar el show y salir pitando para rendir tributo a Keith Morris y los suyos. Joan S. Luna

Yard Act

No sé cuántas veces hemos hablado ya sobre el revival post-punk que se está viviendo en el Reino Unido en los últimos tiempos. Y al margen de que conectemos más o menos con ello, es evidente que da cierto gusto ver que la actualidad no es uniforme y quien continúa reverenciando lo que nuestros mayores nos enseñaron. Yard Act además lo hacen con actitud, buenas canciones y una rítmica que te obliga a agitarte espasmódicamente como si fueses un Ian Curtis ebrio en una fiesta dance punk. Joan S. Luna

Kendrick Lamar - Foto: Sharon López

Viernes 2 junio

Alvvays

No es fácil hacer un disco que sea un instant classic atemporal, y los de Toronto ya van tres de tres. Por primera vez desde la presentación de su debut, Alvvays volvían a subir sus guitarras shoegaze, de espíritu twee pop, a nuestros escenarios. Tocaron casi por completo “Blue Rev” imperturbables. A buen entendedor pocas palabras le bastan. Dieron un concierto que sonaba prácticamente a estudio, pero mejor. Sus primeras filas eran una marea de entrega absoluta. Y cuando al grito de “Hey! hey! marry me ooooh Archie!” lograron hacer sonreír a Molly Rankin, se generó esa complicidad y satisfacción de cuando haces reír a tu psicóloga con tus miserias. Un bolo en el que cada uno vivió su historia personal, en una perfecta comunión colectiva. Eva Sebastián

Avalon Emerson & The Charm

Del club al pop. Después de su impecable Boiler la noche anterior, Avalon Emerson se estrenó como frontwoman en su primer festival. Con vistas al atardecer, y delante de un público conformado en gran parte por curiosos, más que por fans, el suyo fue concierto de synth-pop delicado y pequeñito. Exactamente lo que debía ser. Entre las miradas cómplices a su mujer, que la acompañaba a las cuerdas, y sus primeros pasos de cervatillo lejos de la cabina de DJ, nos abrazó a todos con uno de los discos más agradables de este verano. Eva Sebastián

Bad Religion

Acaban de cumplir cuarenta años de carrera y ahí siguen, poniendo las cartas sobre la mesa al primer minuto y manteniendo bazas ganadoras que van lanzándonos a la cara una vez tras otra a base de punk rock de estribillos coreables hasta la extenuación. El tipo que llamó a Greg Graffin “vendido, gordo y calvo” en el Doctor Music Festival de 1996 debería, como dijo posteriormente, plantarse frente a él y pedirle disculpas. Pero de rodillas. A su actuación solamente le faltó... volumen. Enrique Gijón

Bala

Como poco antes Niña Coyote eta Chico Tornado en otro escenario, las gallegas Bala se enfrentaron al Primavera Sound como si estuviesen en una sala. Es decir, dejándose la piel e intentando hacer familia con un público que no solamente sabía a lo que iba, sino que quería estar allí para hacerles costado. Y ellas supieron agradecerlo con un show que no estará entre los más memorables del dúo, pero no por falta de arrojo y energía precisamente, sino por la hora y el lugar en el que tuvieron que darlo. Joan S. Luna

The Beths

Que Phoebe Bridgers cite a estos holandeses entre sus bandas favoritas de ahora mismo no tendría que ser una garantía ineludible. Para eso están las canciones de Elizabeth Stokes y los suyos. Su combinación de power pop e indie cuidado de los noventa entra bien y aunque les falte algo de sangre, lo suplen con bonitas melodías. Mercè Gutiérrez

Caroline Polachek

En 2022 desbordó el antiguo escenario Pitchfork, y esta edición se comió la gran explanada del festival. Con la misma escenografía, demostró cuánto puede crecer un artista en poco tiempo. Reina del pop post-Disney Channel de raras para el mundo. Polachek parecía un ser mitológico que controlaba tierra, mar y aire yendo de un lado al otro del escenario. Peak de la histeria al empezar “Bunny Is A Rider”. Si hubiera iniciado un culto, nos uniríamos todos. Eva Sebastián

Cavetown

No puedo afirmar que viera la actuación al completo de Robin Daniel Skinner bajo el alías de Cavetown, porque servidor venía rebotado de The Delgados, pero lo que pude ver me dejó sumido en un estado entre la sorpresa y la incredulidad. Un cantante que parece un dibujo animado, que no para de dar saltitos y de saludar con la mano abierta a su fans desde el escenario, se lanza a interpretar con un hilillo de tímida voz canciones de delicado Indie-pop que le dan pleno sentido a esa maravillosa etiqueta que es el bedroom pop. Y sí, me declaro incapaz de entender nada. Sobre todo visto el entusiasmo que desplegaba entre las primeras filas. Don Disturbios

Channel Tres

Hay muchas maneras de levantar una fiesta, pero nadie lo hace con tanto carisma como Channel Tres. Desde “Topdown”, hasta su último EP, daba igual si lo conocías o no, si eras guiri o el colega que se había comprado el abono en la reventa por dos chavos y ni habías mirado el cartel, el set del californiano nos hipnotizó a todos con sus ritmos funk, groove, house. ¡Ah y claro... con su rap impoluto! No olvidar que aunque sea un productor impecable, y mejor bailarín, viene de dónde viene y lo defiende como nadie. Eva Sebastián

The Delgados

El cuarteto escocés regresaba a la actividad tirando la casa por la ventana y presentándose sobre el escenario arropados por una sección de cuerdas y una flauta travesera para dotar de mayor empaque a su música. Y, sin embargo, sucedió todo lo contrario. No sé muy bien si hubo algún efecto contagio ante una expectación algo fría, pero lo cierto es que su concierto nunca cogió la volada y solidez que se le presumía a semejante despliegue sobre las tablas. Así que lo peor que se puede decir de un bolo de un festival, es que nadie te recordará como una de las actuaciones a tener en cuenta. Y así fue. Y es que hay grupos que ni aún regresando después de muertos, consiguen la notoriedad que siempre se les ha negado. Será por algo. Don Disturbios

Depeche Mode

Los británicos fueron el gran reclamo de la noche del viernes y no defraudaron. Repasaron sus más de cuatro décadas de existencia con parada destacada en los noventa (“Walking In My Shoes”, “It’s No Good”, “In Your Room”, “Home”, “I Feel You”). El resto: novedades que no desentonaron (“Wagging Tongue”, “Ghosts Again”), proyecciones solemnes y brumas para cantarnos sobre la vida y la muerte, primeros planos del rostro del malogrado Andy Fletcher para introducir “World In My Eyes” y una recta final luminosa con “Enjoy The Silence”, una “Just Can’t Get Enough” de juguete, la épica “Never Let Me Down Again” con mar de brazos incluido y el himno “Personal Jesus”. Clásicos. David Sabaté

Four Tet

El set de Four Tet transformó el Amazon Music en un templo electrónico (o en un oasis heterotópico) guiado por la hermandad. Silencio sepulcral y actitud introspectiva en un público místicamente entregado a los delicados movimientos del británico. Sus atmosféricos relatos de UK garage redactados en solitario conviven a la perfección con sus recientes himnos mainstream co-imaginados junto a Skrillex y Fred Again.. –presentes sólo en espíritu durante su set– en un recital que sentó cátedra. Contundencia, elegancia y trascendencia defendidos tras los platos sin dejar de lado su faceta más desenfadada (¡el ya mítico remix techno de Taylor Swift volvió a sonar!). Daniel Grandes

Gabriels

Después de darle muchas vueltas e intentar rehuir la obviedad, al final lo mejor es ser directos. El concierto de Gabriels fue precioso. Precioso e intenso. Con algunas de las mejores voces que se pudieron escuchar en todo el recinto durante el festival, con el mejor de los espíritus y con la sensación de que, con más propuestas como la suya, el festival ganaría muchos enteros. En diversidad, en variedad, en arte al fin y al cabo. Mercè Gutiérrez

Los Hacheros

Fue adentrarse en el festival la tarde del viernes y encontrarse de bruces con las estimulantes notas de la música tradicional cubana que practican Los Hacheros. Vienen de Nueva York, como sus maestros de Fania All-Stars y, aunque están lejos de lograr cuotas similares, su repaso por el son, la salsa o el guaguancó bien mereció los primeros pasos de baile de un público escaso, pero con ganas de dejarse llevar por la solventes formas del combo. Su propuesta resultó ser una rara avis en la edición de este año de un festival que, en otras ocasiones, se ha mantenido más atento a lo que sucedía en otros estilos dentro de la música folclórica de diversas partes del mundo. Don Disturbios

Julia Jacklin

Tocar en el escenario Amazon Music a primera hora de la tarde puede ser un regalo de la providencia, si quieres atesorar algo de público. No en vano es el primer foro importante que te vas a encontrar al entrar en el recinto y dejarte llevar por el danzar de las notas. Música que en el caso de la australiana Julia Jacklin viene acompañada de un voz prístina y un indie pop de autor de corte clásico y conmovedor. Ataviada con un largo vestido rojo, a juego con su carmín, contrastaba con la palidez de su piel y lo blanca de su sonrisa. La misma que desplegó en una de esas actuaciones pequeñas, pero solventes y sinceras. Don Disturbios

Kendrick Lamar

Hay tronos que pueden cuestionarse, hay otros que no. Rotundamente no. Y el de Kendrick Lamar es de los segundos. Aunque luego le acompañaron varios bailarines/performers, a Kendrick no le hicieron falta más que unas explícitas lonas de tela, un sonido arrollador y un simple micrófono en la mano izquierda para enfrentarse a miles y miles de personas, sin amedrentarse, sin mostrar el más mínimo nerviosismo, con un carisma a prueba de bombas y un rapear que las lanza. Una actuación a todas luces incontestable. Joan S. Luna

The Moldy Peaches

Con la vocación aprendida de ser la anti-banda por antonomasia y una incapacidad manifiesta para tomarse en serio, los estadounidenses se presentaron con sus disfraces sobre el escenario para, con un volumen muy bajo, hacernos constatar a todos que la broma ha perdido vigencia. Igual habrá alguno al que todavía le resulte graciosa pero, en pleno 2023, todo sonó a chiste desfasado. Y es una lástima. Don Disturbios

Skrillex

Pocos confiaban en el show de Skrillex más allá del capricho nostálgico, pero ninguno abandonó el escenario principal decepcionado. El regreso de Soony Moore a Barcelona ocho años después regala un Skrillex diferente para un fan de Skrillex inevitablemente distinto. El productor no se conforma con defender su vigencia sino también su maestría en una sesión física y agresiva, donde su vibrante nueva faceta cristalizada en “Quest For Fire” se confirma incluso más efectiva y estilizada que sus clásicos dubstep. La timidez del estadounidense no denotó pasividad, sino ansía por dejar hablar a un DJ que —a diferencia de Calvin Harris— confirma aún tener mucho que decir. Skrillex volvió a descubrir el fuego (artística y literalmente). Daniel Grandes

Soul Glo

En Mondo Sonoro consideramos “Diaspora Problems” mejor disco internacional de hardcore punk del pasado año por su forma de manejarse entre referencias diversas y por canalizar toneladas de mala leche y rabia racial y social a través de un embudo y convertirlas en... toneladas de mala leche y rabia racial y social. Sobre el escenario, los cuatro miembros de Soul Glo se muestran sin el glamour de las sesiones fotográficas, como gente a la que las cosas no les han sido fáciles en un país como Estados Unidos y eso, en su caso, suma enteros. También pierden matices, muchos, pero ahí siguen las toneladas de mala leche y rabia racial y social. Y eso es bueno en este y en cualquier otro festival. Joan S. Luna

St. Vincent - Foto de Paco Amate

Sábado 3 junio

bar italia

Los londinenses son una de esas bandas todavía por desarrollar aunque, visto lo visto, no sería yo el que invirtiera un euro en ellos. Tienen presencia y actitud cool, sí. También un sonido adquirido a base de empacharse con bandas indies de los noventa como Pavement o Sonic Youth, pero les faltan canciones y empaque. Sonaron inofensivos, máxime cuando los comparas con Wednesday que tocaron justo después y los barrieron solo con el primero de sus riffs. Don Disturbios

Calvin Harris

Que el Primavera Sound incluyese en su edición de este año DJ’s estrella como Calvin Harris o Skrillex fue una sorpresa. Pero sin duda mucho menos que la sesión del escocés, un tipo al que siempre he respetado muchísimo. Ha llovido mucho desde sus inicios, ha crecido monstruosamente como productor y en popularidad, pero la suya fue una sesión francamente holgazana. Hubo pirotecnia, hits, subidones y todo lo que podría convertir una sesión de electrónica mainstream en un éxito, pero no hubo el más mínimo esfuerzo por parte de Harris por exhibir creatividad o destreza en su set. Quizás en Ibiza Harris ha perdido lo mejor de si mismo y ha ganado lo peor de los demás. Joan S. Luna

Holly Humberstone

“Esto es lo más gen Z que he visto en todo el festival” decía una tía en sus treinta al acabar. Razón no le faltaba. Rodeada de una base de fans con bolsos de Olivia Rodrigo que ni se olían la crisis de los mid20s, la heredera de la estética Avril Lavinge 2002 arrasó con su indie-pop de guitarras para chicas tristes que lo pueden todo. Destellos en su mirada y ni una sola nota mal dada. Empezó con su mayor hit, The Walls Are Way Too Thin y cerró con Scarlett, manteniendo el concierto siempre en alto incluso cuando tocó Deep End y lo único que querías era decirle a tu hermana que la querías un montón entre lágrimas. Suerte de las gafas de sol. Eva Sebastián

Jockstrap

Una chica vestida de hada-estrella del pop virtual, un violín, una guitarra acústica, bajos de club, sintetizadores, un chaval con camisa abotonada y jersey a lo northen soul, distorsiones rave, y un teclado de piano. Cuesta imaginar que todos estos elementos puedan funcionar a la vez, y en cambio Jockstrap los ordenó perfección para enloquecer a su entregado público en uno de los últimos conciertos del Primavera. No se sabía muy bien como sería I love you Jennifer B en directo, pero explotaron cabezas. Cuando acabaron con 50/50, nadie quería irse a casa. Eva Sebastián

JPEGMAFIA

Complicado definir la presencia de un artista al que sólo se puede definir con su nombre propio. El show de JPEGMAFIA es JPEGMAFIA y JPEGMAFIA es su show. El rapero estadounidense reactualiza el arquetipo del hombre-orquesta en un stand-up comedy de hip hop experimental. La comedia digital toma un papel primordial en una oscura coreografía rebosante de texturas, energía y violencia, defendida por un Peggy todoterreno tanto vocal como humanamente. Echar la vista atrás a su paso por el festival en 2019 permite añorar más pogos pero también valorar una cercanía y sinceridad exclusiva de esta edición que no sólo valoraron los calvos. JPEGMAFIA asegura junto a Danny Brown (ojalá hubieras estado…) estar “scaring the hoes”, pero costó mucho encontrar a alguien que no quisiera estar aquí. Daniel Grandes

Kelela

Sin lugar a dudas uno de los shows más accidentados del festival –junto al foco de Skrillex–, para una artista que, desgraciadamente, ha perdido su lugar en la escena musical. Hubo un tiempo no hace demasiado en el que el concierto de la estadounidense hubiera sido cita obligada, algo que vista la afluencia de público no fue lo que ocurrió. Aunque lo que fue una verdadera lástima fue que los problemas de sonido acabaron lastrando un show que tuvo que pararse y reiniciarse sin conseguir remontar como nos hubiera gustado. Como la propia carrera de Kelela, aunque seguimos confiando en ella. Mercè Gutiérrez

Maggie Rogers

La estadounidense es el claro ejemplo de artista que difícilmente veras tocando en nuestro país a no ser que lo haga en el Primavera. Y eso es así porque por aquí no tiene ni una décima parte de la repercusión que sí tiene en Estados Unidos e Inglaterra, con lo que es difícil que nadie la programe debido a su precio de cotización. Así que fui a su show movido por la curiosidad y me encontré con una artista que desplegó carisma y simpatía, realizando un show muy dinámico sustentado en canciones de enganche pop como “Alaska” o “Light On” que dejó para el final. Don Disturbios

Måneskin

Cuando se ponen rockeros, Måneskin no son la banda más solvente del planeta; cuando se lanzan de cabeza a los medios tiempos, la distancia con la canción ligera italiana se acorta peligrosamente. Dicho esto, su directo es efectivo y suenan. No es necesario que sean los primeros de la clase, con ser quienes son es suficiente, porque tienen su espacio y lo defienden con sencillez y con más sinceridad de la que se le presupone. No había pasado demasiado tiempo desde su anterior visita a Barcelona, pero podría decirse que jugaban con un público distinto y lo convencieron. Mercè Gutiérrez

My Morning Jacket

Puede que no se encuentren en el mejor momento en cuanto a popularidad se refiere, pero Jim James y los suyos dieron toda una lección de lo que es un directo de los que cortan la respiración. Sonaron sólidos, contundentes y con el empaque perfecto, adquirido tras tantos años de pisar escenarios de diferente pelaje. Además, nos regalaron momentos inolvidables como cuando empezaron a sonar las primeras notas de "Wordless Chorus” y se nos erizó el bello a todos o cuando la enlazaron con el ritmo funk de “Touch Me I'm Going to Scream Pt. 2”. Eso por no hablar del emblemático solo de guitarra de ‘One Big Holiday”. La hora pasó como un suspiro y solo nos resta rezar para que vengan a desplegar su show al completo. Don Disturbios

Nia Archives

Los géneros electrónicos van y vienen, pero el jungle y el drum’n’bass mantienen toda su vigencia en el Reino Unido. Y mira, me alegro. Porque son estilos contagiosos y que incitan al baile sin control, sin necesidad de pirotecnia, ni pretender ser lo que no es. La británica no convenció a extraños, pero sin duda sí lo hizo con quienes conocen las claves de su propuesta. Sin artificios, solamente con un arsenal de basslines, snares asesinas y todo lo demás. Todavía me arrepiento de haber cambiado sus minutos finales por los primeros de Calvin Harris. Joan S. Luna

Rosalía

Salió Rosalía con ganas de comerse el mundo y lo logró. La única pega es que el show se nos hizo corto y que, en algún momento, el sonido del escenario electrónico -nuevo de este año- instalado al final de Mordor, se colaba en exceso, pisando el show de la catalana. Por lo demás nada que ya no sepas si has seguido la gira de Motomami, pero en versión comprimida. Cuerpo de baile y coreografías al detalle; uso brillante de la imagen y las cámaras de vídeo y esa simpatía sumada a su evidente carisma capaz de subyugar a cualquiera. Y, claro, sonaron ‘Despechá’, ‘Con Altura’ y ‘Vampiros’ sin Rauw Alejandro, para finalizar con ‘Malamente’, ‘Chiken Teriyaki’ y ‘CUUUUuuuuute”. Triunfo y consagración absoluta en una noche, la del sábado, en la que nadie pudo hacerle sombra. Don Disturbios

St. Vincent

Siempre, antes de volver a enfrentarme a un directo de Annie Clark me asaltan las dudas. Me digo que St. Vincent no es una artista de hits, que sus canciones no son tan buenas como alguna gente dice. Pero resulta que entonces vuelvo a verla actuar y las dudas se disipan a velocidad de vértigo. Clark es un pedazo de artista, una artista que dirige su show con maestría, que sabe elegir a unos secundarios de verdadero lujo (Jason Falkner y Justin Meldal-Johnsen a izquierda y derecha, a la guitarra y al bajo respectivamente) y que consigue que comamos de su mano. Sin altibajos, mostrándose cercana cuando el momento lo requiere y altiva cuando le apetece. Acabo de hacerme una nota de voz para el recuerdo: “De Annie Clark no se duda. Jamás”. Joan S. Luna

The Voidz

El reclamo de ver a Julián Casablancas al frente de The Voidz funcionó y el cantante de los Strokes fue uno de los que más público congregó en el escenario Ron Brugal, destinado para los artistas de clase media tirando a baja. Y la verdad es que le puso ganas y por momentos incluso parecía mucho más motivado que con su banda de toda la vida. Lástima que le falten canciones y su divertimento se sustente más en el sonido que en las melodías. Mención especial al comentario que realizó recordándonos que corre catalana por sus venas. Don Disturbios

Wednesday

Vinieron dispuestos a todo para presentar su flamante “Rat Saw God” y lo cierto es que arrasaron a base de actitud y guitarras. Junto con Alvvays, que también estuvieron brillantes, nos recordaron que el indie-rock noventero vive un sorprendente renacer, para alegría de los que nunca dejamos de escuchar a grupos como Dinosaur Jr, The Breeders o Husker Dü. Conciertos como el suyo no hace más que apuntalar ese “revival” con cimientos muy sólidos. Don Disturbios

Wooden Wisdom + DJ Fitz

El set de Wooden Wisdom y DJ Fitz en el escenario Pull&Bear propició una de las bromas del festival: “Frodo pinchando en Mordor”. Porque tras Wooden Wisdom se esconden dos actores, Zach Cowie y Elijah Wood, y claro... Pero memes al margen, Cowie, Wood y DJ Fitz demostraron ser unos verdaderos expertos en eso de dar con joyas ocultas y bailables de ayer y hoy en formato siete pulgadas. Su sesión fue divertida, pero lo fue mucho más ver a la hijita de Wood dirigiendo al público como si ella fuese la gran protagonista del show. Y quizás lo fue, la verdad. Joan S. Luna

Un comentario
  1. Tomás Crespo Fernández 13 junio, 2023

    ¿Estuvisteis en el concierto de Blur?

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