Voces de Chimalpopoca

Si el cómic se puede utilizar como instrumento de crítica y de denuncia, “Voces de Chimalpopoca” es un ejemplo perfecto de este uso. Shu Otero tira de lazos familiares y de experiencias personales para tejer un proyecto gráfico muy ambicioso, meritorio y arriesgado: narrar el antes y el después del terrible terremoto que azotó México en el año 2017.

“El terremoto desveló todo lo que de por sí ya sabíamos que existe. Que se agrieten y se caigan las cosas desvela mucho más las entrañas de la miseria del Estado y el capitalismo, pero también desvela mucha solidaridad y organización”. A base de testimonios, declaraciones y entrevistas, la autora denuncia la corrupción, la violación de los derechos humanos y la manipulación mediática del país americano, aunque también alaba la solidaridad, la cooperación y el feminismo que surgen en situaciones tan extremas como ésta.

Otero se encarga del guion del libro y de todos los dibujos, enseñando un estilo muy limpio y depurado a lo largo de las más de 200 páginas de esta obra publicada por Astiberri y ambientada en Méjico D.F., la antigua Tenochtitlán, también conocida popularmente como la Ciudad Monstruo. “Me da esa sensación como de que siempre estamos peleando por el espacio. Esta ciudad es hostil, tienes que estar al tiro porque en cualquier momento te va a venir la noche. Ya no sabemos si vivimos o sobrevivimos”.

Las “Voces de Chimalpopoca” nos hablan de desastres naturales, de rescates, de injusticias y de muchas cosas más que afectan a las sociedades actuales, lo que pasa es que lo hace con tanta intensidad que puede llegar a resultar plomizo para cualquier lector poco comprometido con la causa. Es como ver un documental pero con viñetas, y ya sabemos que mucha gente no está preparada para recibir semejante dosis de realidad.