Tonta
ComicsJaime Hernández

Tonta

8 / 10
Manu González — 22-04-2021
Empresa — La Cúpula

Sería un poco extraño volver a hablar de “Love & Rockets” y de la lindezas del “Locas” de Jaime Hernández. Suponemos que ustedes ya vienen leídos de casa y no deberíamos volver a explicar otra vez cómo los hermanos Gilbert Beto y Jaime Hernández crearon el mejor tebeo de los ochenta donde hemos visto crecer a sus personajes durante los últimos treinta años. Bueno, si no vienen leídos de casa, le recomendamos que se lean estas críticas publicadas en Mondo Sonoro: “Chapuzas de Amor” y “Errata Stigmata” de Luis J. Menéndez... también pueden ver este vídeo de YouTube del amigo divulgador Bamf titulado “¿Cómo empiezo a leer Love & Rockets / Locas / Palomar?”.

Después de uno de los capítulos más intensos de la vida de Maggie y Hopey, el ya citado “Chapuzas de amor” (al que, por cierto, se le debería subir la puntuación dos puntos en la crítica porque es una obra maestra), y divertirse rememorando los ramalazos punk de la pareja de Hoppers en la también imprescindible “¿Es así cómo me ves?”, dando carpetazo a su época más joven con la aceptación de la madurez, Jaime Hernandez tenía ganas de recuperar el espíritu juvenil que tan bien había realizado en la primera etapa de “Locas” y que ahora no podía desarrollar con Maggie y Hopey porque estos dos personajes están en la cuarentena. Para ella nada mejor que inventarse un personaje nuevo con el que poder volcar nuevas historias aún más locas alrededor del ficticio barrio de Hoppers.

Tonta, aunque en realidad se llama Anoush, es tan inocente y divertida como lo era Margarita Chascarrilo en los ochenta. También es un soplo de aire fresco en las historias de “Locas”. Con nueva protagonista sobre el tablero, Hernandez es mucho más confiado con su arte que en los ochenta y ya no nos lo da todo tan mascado. El puzle noir familiar que se va trenzando alrededor de Tonta es tan sorpresivo para el lector como para ella, que tiene quince años y sabe muy poco sobre su familia. Pasar un fin de semana con su hermanastra Vivian Solis le abrirá los ojos sobre el extraño y mortal pasado de su madre. En “Tonta” también recuperamos el punk adolescente, pero de manera excitante y joven, no como una herramienta nostálgica como ocurría en “¿Es así cómo me ves?”.

A estas alturas de la historia artística de Jaime Hernandez su estilo de narrar no nos resultará sorprendente, pero sigue maravillándome la ilusión que me produce tener un cómic suyo entre las manos e ir descubriendo la historia poco a poco, a través de unos personajes que se hacen querer y otros que están pidiendo un spin-off a gritos. Como la enigmática Gretchen, una chica fea apodada la Gorgona, amiga de Tonta, que parece saberlo todo sobre los misterios del bosque y los seres mágicos que los habitan. Con este personaje, Jaime parece que hace un homenaje al realismo mágico que su hermano Beto manejaba tan bien en los primeros números de “Sopa de gran pena” en su saga “Palomar” para la revista “Love & Rockets”. Que no te engañe la no presencia de Maggie y Hopey, Tonta ha venido para quedarse.

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