Sunny Sunny Ann!

“Sunny Sunny Ann!” es un manga, sí, pero no es un manga que encaje en los cánones más habituales del cómic japonés. “Sunny Sunny An!” es una obra con personalidad propia, capaz tanto de ganar el Premio Cultural Osamu Tezuka a Autora Novel en 2013 como de captar a públicos de lo más variopinto, por lo menos a aquellos que le den una oportunidad. Su autora, Miki Yamamoto –nacida en 1986– huye de las directrices habituales del manga comercial para lanzarse de cabeza a las aguas del manga de autor. Y lo consigue con poco menos de doscientas páginas dibujadas en un rasposo blanco y negro que encierran un anárquico canto a la libertad y al libre albedrío. La protagonista elige ser la única dueña de su existencia, y lo hace aceptando todas las consecuencias. Fruto de una decisión de tal calado, se verá obligada a vivir momentos realmente difíciles, pero también otros de felicidad a espuertas.

Ann es una persona libre, una mujer liberada que toma las riendas de su vida, aceptando las limitaciones de una apuesta así, pero también consciente de que no ha nacido para ser la esclava de nadie, ni para contentar a ningún macho alfa. Y si decide serlo o hacerlo, que sea por decisión propia. A lo largo de estas doscientas páginas, Ann será la protagonista de su propia road movie, y nadie va a robarle ese placer. Ann es Thelma sin Louise –aunque esté muy cerca de encontrar a su acompañante ideal cuando conoce a Laura– y como la protagonista de la popular película de Ridley Scott deberá enfrentarse en las carreteras de la América profunda a hombres salvajes, fieras descontroladas en el fondo, a las que acabará dando su merecido. De ahí que “Sunny Sunny Ann!” sea, por encima de cualquier otra cosa, una obra feminista que no evita la crudeza en forma y fondo al transmitirnos su mensaje.

Hay momentos realmente descorazonadores, pero Ann siempre acaba tomando la mejor decisión para seguir adelante manteniendo la libertad que la hizo iniciar su aventura en la carretera. Pero ojo, que “Sunny Sunny Ann!” no es solamente un tebeo con pasajes duros, para nada. Hay varios episodios en los que lo emotivo nos atrapa con facilidad y en los que Yamamoto plantea temas como la honestidad, el amor verdadero, los prejuicios sociales e incluso la maternidad.

Son cinco capítulos en total –historias independientes que, en realidad, son un fresco de lo que Ann puede encontrarse en su arriesgado día a día– a través de los que la protagonista se irá topando con una serie de personajes que Yamamoto utiliza para ayudarnos a conocer mejor a su protagonista. Todo ello dibujado con un estilo relativamente sucio en páginas en las que también se respira libertad por lo que a su estructura se refiere. Yamamoto dibuja con cierto aire underground, sin que ello repercuta para nada en la profundidad de lo que nos está narrando.

Al final, “Sunny Sunny Ann!” acaba como deberían acabar todas las buenas historias de carretera: subida en un coche hacia quién sabe dónde. Y aunque no vayamos a viajar con ella, sabemos que las cosas le irán bien y que seguirá viviendo libre.