Gary Numan es uno de los artistas que mejor ha sabido encarrilar las desviaciones de su mente torturada hacia una creatividad que, por más que irregular, ha dejado picos creativos inalcanzables para la mayoría de compañeros de generación –y de generaciones posteriores a la suya, con los que sigue compitiendo de igual a igual. Padre espiritual de Trent Reznor, cuando este apenas iniciaba su adolescencia, Numan ya estaba poniendo la escena new wave del revés con dos obras maestras como “Replicas” y “The Pleasure Principle”. Se ha mantenido en activo desde entonces en un oscuro pero cómodo segundo plano. Su nuevo disco es de lo mejor que ha publicado desde los lejanos ochenta; un recorrido inquietante y turbador de gélido rock gótico, con claras influencias industriales, sin abandonar su peculiar sentido retorcido y perverso de la melodía.
Esto es una crítica de un disco? De verdad ? Así yo también me hago crítico !!!! Realmente si queréis que la gente no os tome en serio, claramente este es el camino.
Horrible crítica....
Rock Gótico? De verdad?????