Somna

Ganadora del Eisner en el apartado a Mejor Serie Nueva de 2024, “Somna” es un regalo para los ojos creado por Becky Cloonan al guion y Tula Lotay al dibujo.

Concebida como un viaje oscuro y sexy al cubo, ambas llevan años perfeccionando esta historia de caza de brujas, con el poder de la tentación y los sueños como contexto ideal para un conjunto de viñetas que ha sido comparado con películas como “La bruja” y “Midsommar”. Aunque quizá por temática esta comparación tiene cierto sentido, sobre todo con la primera de las dos mencionadas, por donde se cuece todo el impacto de “Somna” es a través de un proceso creativo con dos perfiles gráficos altamente contrastados en las partes del relato correspondiente a los sueños y a la realidad. En este sentido, la parte onírica conecta con el fotorealismo de Alex Ross, pero sobre todo con el estilo experimental que Bill Sienkiewicz aplicó en “Elektra”, uno de los títulos canónicos de su trayectoria, con el cual comparte el gusto por el uso del tono pastel.

En cuanto a la parte dedicada al mundo terrenal, la línea aplicada no difiere en el uso intenso de colores monocromos que Frederik Peeters plasmó en “Saint-Elme”, siendo la parte de los lápices un prodigio de trazos gruesos y entintados que tanto recuerdan al trabajo de Darwyn Cooke como al de Michael Allred, aunque siempre desde una óptica heredada de la tradición realista más europea.

A partir de esta impronta visual, el cuento relatado crece y crece en tensión con el trasfondo de la caza de brujas del siglo XVII, a través del cual la pareja artística se deleita armando un encadenado mitológico que refuerza la intensidad atmosférica de un cómic repleto de excusas para engancharse a su lectura.

Como apunte final, simplemente recordar que estamos ante un título cuya procedencia es la editorial Dstlry, relativamente nueva, que se está erigiendo como una de las sensaciones del actual cómic norteamericano. Y, desde luego, con joyas como este “Somna” el camino trazado no podría ser más esperanzador.