Miles en París

Si fuésemos perezosos despacharíamos “Miles en París” diciendo que es un cómic sobre la relación entre uno de los músicos fundamentales y más influyentes de la historia del jazz y la cantante y actriz francesa Juliette Gréco. Y la verdad es que tampoco mentiríamos. Ahora bien, “Miles en París” es mucho más gracias a la óptica desde la que Salva Rubio (“Monet”, “El fotógrafo de Mauthausen”) narra tan fugaz –y al mismo tiempo tan importante– relación amorosa. Rubio dispara el contenido de la obra hacia terrenos diversos. En cierta manera, aparecen cuestiones como el destino, el cómo nos enfrentamos a los cambios, cuál es el compromiso de un artista de talento con su propia inspiración. Por todo ello, estamos ante una novela gráfica musical y al mismo tiempo una novela gráfica romántica, histórica (de ahí la aparición estelar de una larga lista de personajes básicos del mundo de la música, la literatura y la cultura del momento) y muchas cosas más.

Publicada en francés (“Miles et Juliette”) y español al mismo tiempo gracias a la –una vez más– estrecha colaboración entre Éditions Delcourt y Norma Editorial, “Miles en París” gana todavía más enteros gracias a la potencia visual conseguida por un Sagar (“Bajo la piel”, “Vagabundos de la chatarra”) en estado de gracia que, aliado con Rubio, nos brinda algunas páginas planificadas con magia y capaces de decir mucho más de lo que podríamos imaginar a primera vista.

Fueron solamente unos pocos días de mayo de 1949, pero el encuentro entre Davis y Gréco tuvo una onda expansiva que los autores imaginan fundamental para el resto de las vidas de sus protagonistas. Davis nunca podrá contradecir lo aquí expuesto, y Gréco siempre ha mantenido aquellos días al amparo únicamente de sus propios sentimientos. En realidad tanto da, porque Rubio y Sagar han creado un cómic en el que la carga emocional va más allá de la alteración o no de lo que ocurrió en realidad durante aquellos días. Y, al final, eso es lo importante.