Un nuevo título en el catálogo de la editorial barcelonesa Flow Press y un nuevo título que se sumerge en la cultura afroamericana. En este caso lo hace a través de la biografía de Angela Davis, una de las grandes activistas del movimiento civil para equiparar los derechos de la población de color estadounidense con los de sus vecinos blancos, alguien cuya actitud ha servido de ejemplo y referencia para generaciones posteriores. Una profesora universitaria que se enfrentó al gobierno de los Estados Unidos hasta el punto de convertirse en un “enemigo público” a ojos del poder. Y los responsables de este cómic son nada menos que quienes dieron forma a “Muhammad Ali”, uno de los buques insignia de la editorial, poniendo en marcha en aquel momento un tándem que vuelve a enfrentarse a la historia afroamericana en “Miss Davis. La vida y las luchas de Angela Davis”.
Sybille Titeux firma un guion que se fija especialmente en la vida como activista de Davis, aunque tampoco pase por alto algunos momentos fundamentales de su vida personal –si es que ambas caras pueden realmente diferenciarse-. Pero quién más parece disfrutar con “Miss Davis”, más allá de los lectores, claro está, es Ameziane Hammouche, que apuesta por experimentar gráficamente una y otra vez en esta obra. En cada episodio utiliza un estilo distinto, en ocasiones impactante y duro, otras veces con un tono más realista, e incluso apuesta por el humor en las páginas en las que se centra en Cointelpro.
A todo eso debemos sumarle también como juguetea con el coloreado de sus páginas, pasando del blanco y negro más expresivo al bitono dotando de una estética de ilustración añeja a algunos pasajes, llegando incluso a utilizar los lápices de colores para las páginas del juicio a Davis. Tanto navega por distintos estilos y estructuras que, desgraciadamente, en ocasiones uno queda algo aturdido ante tanta variedad. “Miss Davis” entra muy bien por los ojos gracias a todo el trabajo de Hammouche, pero es también el responsable de que no nos sumerjamos en la narración como una historia de la valía y el interés merecerían. Así que, en cierta manera, su virtud es también su defecto. Un defecto relativo, no se vayan a alarmar. Pero estamos en una de esas ocasiones en las que la obra parece ponerse al servicio del dibujante, más que al contrario.
Al margen de eso, es fantástico poder descubrir la vida de Angela Davis en una novela gráfica, una que recoge esos momentos importantes de los que hablábamos al principio y que, sobre todo, nos desvela de un modo sencillo las luces y las sombras de un movimiento que consiguió salir adelante pese a sus luchas internas y pese a un gobierno que nunca tuvo la intención de dar su brazo a torcer.
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