Lucky Luke (Integral #1)
ComicsMorris Y René Goscinny

Lucky Luke (Integral #1)

8 / 10
Quim Pérez — 16-04-2025
Empresa — Norma Editorial

El próximo año se cumplirá el ochenta aniversario del vaquero que dispara más rápido que su propia sombra. Lo creó en 1946 el dibujante belga Morris; nacido como Maurice de Bévère. Morris desde la comedia, con un humor blanco y amable y dirigida a un público infantil creó una serie parodiando todos los tópicos del salvaje oeste que triunfaba en las pantallas a ambos lados del Atlántico. Por poner un poco de contexto histórico europeo, el Spaguetti Western de Sergio Leone y compañía no llegó hasta los años sesenta y un referente indiscutible del cómic del oeste europeo como el Teniente Blueberry de Charlier y Giraud no apareció hasta 1963. Colgarle la etiqueta de precursor a Morris es de justicia.

No sería hasta 1955, y después de despachar ocho álbums en solitario, que primero se serializaban en las páginas de la revista Pilote y luego aparecían en formato álbum, que Morris recurrió al guionista René Goscinny. Este primer integral recoge los números #9 a #14 de la serie, a excepción del #10, y aparecieron en Pilote entre 1955 y 1957. Goscinny le dio consistencia a los argumentos y los veintidós años que colaboraron suponen la edad de oro del personaje.

En estos cinco álbumes, Goscinny repasa todos los clichés del Oeste: avance del ferrocarril en el territorio, los indios, los delincuentes que imponen su ley por las armas, o el gobierno lleno de tensiones de las pequeñas ciudades, etc. También recurrió a hechos históricos como la carrera para ocupar los territorios de Oklahoma o a una figura real como el juez Roy Bean.

El protagonista, Lucky Luke, tiene poca sustancia como personaje. Es un hombre de acción y poco hablador, un héroe positivo que se pone al frente de algo y al que los demás siguen, pero sin afán de protagonismo. A Lucky Luke le encargan tareas complicadas y él las encara de manera directa. Un héroe que tras cada aventura vuelve a cabalgar a lomos de Jolly Jumper y no se queda a recibir los laureles del triunfo. En el #12 aparecen los primos Dalton y se hacen los amos del argumento y en álbumes posteriores cobrarán relevancia el perro Rantanplán y la yegua parlanchina Jolly Jumper. Aquí, los malos y los delincuentes guardan más atractivo para el lector que el vaquero que con su camisa, su chaleco y su pañuelo al cuello imita a la bandera belga.

El dibujo de Morris en estas primeras aventuras está en evolución. Dinàmico, limpio, con una narrativa gráfica muy clara y con un dominio tanto de los planos cortos como de los planos generales. Muchas veces el humor llega de la mano de la ironía de los diálogos, pero en estos álbums hay muchísimo gag visual y slapstick. En resumen, una delicia.

La edición de Norma está a la altura del aniversario del personaje. Gran formato, buen papel, nueva traducción de Daniel Cortés Coronas y una magnífica introducción a cargo del especialista Jorge García; en lugar de traducir los textos de las ediciones francesas. Es un cómic de cuándo había tebeos para chicas y tebeos para chicos, Lucky Luke es un tebeo repleto de personajes masculinos, en el que no se contempla que las mujeres tuviesen ningún un papel en la construcción de ese salvaje Oeste; y encontrarlas en sus viñetas es más difícil que encontrar a Wally. Lucky Luke es un cómic infantil de otra época que hoy día se puede disfrutar valorando su buena factura artística y tirando un poco o un mucho de nostalgia.

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