Lo mejor de Junji Ito
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Lo mejor de Junji Ito

9 / 10
Joan S. Luna — 18-08-2021
Empresa — ECC
Fotografía — Archivo

Si quien esté leyendo estas líneas ya conoce la trayectoria o, por lo menos, algunos de los trabajos del autor japonés Junji Ito, no voy a descubrirle nada al apuntar que estamos ante el más importante mangaka actual por lo que se refiere al terror, o mejor dicho, cuya especialidad es el terror. Y si eso es así es, sobre todo, por méritos propios. Son tantas sus obras recomendables que, si alguien quiere empezar a disfrutarle, le diría que solamente tiene que acercarse a una estantería de su librería mas cercana –entendiendo que en ella tengan cómics, claro está– y elegir casi al azar un tomo cualquiera de entre todas sus obras traducidas al castellano, y sepan que son muchas. Así que publicar un volumen titulado “Lo mejor de Junji Ito. Best Of Best” es, al mismo tiempo, un buen anzuelo al borde del clickbait y un todo al negro a la hora de apostar. Pero no le voy a dar demasiados rodeos, ambas cosas funcionan. Por un lado, porque leer esta selección de historias –fechadas entre 1997 y 2018– supone un placer en toda regla. Un placer malsano, evidentemente, pero placer al fin y al cabo. Doscientas ochenta páginas aprovechadas hasta el último punto y bien merecedoras del título que las engloba. Es cierto que podrían haber sido muchas otras, que el universo de Ito permitiría crear varios volúmenes de “best of best” sin repetir ni una sola historia, pero en este caso ha habido muy buena mano, buenísima, a la hora de compilar esta decena de creaciones. Porque aquí hay mucho magro y poco relleno, desde esa enfermiza –en realidad un adjetivo que podría añadirse a modo de epíteto a absolutamente todas las historias de Junji Ito– “Cien millones de solitarios”, en cierta manera una posible influencia de lo que sería un lustro después la primera película de “The Human Centipede” del estadounidense Tom Fix, hasta la emblemática “El misterio de la falla de Amigara” o la nauseabunda "La lamedora", de 2006, por poner tres buenos ejemplos.

Ahora bien, el tomo también incluye su excelente adaptación de “La silla humana” del perverso maestro de la literatura de suspense y terror japonés Edogawa Rampo (de quien también traslada al cómic “Un amor que no es de este mundo”); la alocada y autobiográfica “El maestro Umezu y yo”, en la que Ito homenajea al mangaka más influyente del terror (Kazuo Umezz, o Umezu, claro está), y esa locura total –con loro psicótico incluído– que es “De cómo el profesor Kirida fue poseído”, basado en una obra de Robert Smythe Hichens, favorito de Alfred Hitchcock y cuyo relato original no he tenido el placer de leer.

Así que, a partir de aquí, solamente puedo volver al principio de esta misma reseña. Cualquier obra de Ito puede ser recomendada y disfrutada con fruición, pero si quieren acertar un pleno, háganse con este tomo y entenderán por qué somos tantos quienes adoramos al autor de “Uzumaki”, “Tomie”, “Gyo” y tantos otros títulos con los que asegurarse unas buenas pesadillas recurrentes durante una buena temporada.

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