En 2014, Ana Oncina llegó pisando fuerte con “Croqueta y Empanadilla”, una serie que fue éxito rotundo de público y crítica y que, hasta la fecha, le ha seguido proporcionando grandes alegrías. Pero era evidente que su talento no iba a quedarse ahí. Y así llega, después de “Los f*cking 30” y algunas historias cortas, su primer tomo de formas manga, “Just Friends”, editado por Planeta Cómic.
Dos líneas temporales. Dos protagonistas. Una semana en verano. Y una historia de amor. Erika y Emi se encuentran más de diez años después de haberse conocido durante un campamento de verano. El relato se mueve entonces entre la nostalgia del pasado y la realidad del presente, donde ambas reviven los detalles de ese breve pero intenso encuentro que las ha marcado hasta su vida adulta. La historia podría enmarcarse dentro de esos relatos coming-of-age veraniegos que prácticamente constituyen un género en sí mismos, en la línea de otros cómics como “Una hermana” de Bastien Vivès o “Aquel verano” de las Tamaki.
Ana Oncina es experta, sin duda, en crear personajes entrañables, con una capacidad pasmosa para granjearse enseguida la simpatía del público lector, sin renunciar a una profundidad y definición que consigue a partir de pequeños pero significativos detalles. Los tics expresivos típicos del manga, junto a una línea clara y cuidada, hacen su lectura llevadera y agradable, y la equilibrada composición de las páginas le confiere a la historia un ritmo ágil que hace que prácticamente se lea por sí sola. Y, a pesar de esa melancolía que destila el relato, la autora rehúye constantemente el drama o los aspavientos, presentando a dos personajes que, a las puertas de la madurez, son capaces de aceptar que la vida no es siempre como nos gustaría que fuese.
En definitiva, la obra de Oncina es un soplo de aire fresco (o, mejor dicho, una brisa veraniega), un relato sencillo y nostálgico al que se puede acudir cuando la añoranza por el tiempo pasado nos pega fuerte. Y, sinceramente, ¿hay algo mejor que un amor de verano?
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