Basados en los libros que Fritz Lieber escribió sobre el bárbaro norteño Fafhrd y su acompañante, el ladrón Ratonero gris, no es de extrañar que estos ejercicios de fantasía medieval hayan inspirados juegos de rol y un seguimiento que, al menos, en Inglaterra está a la altura de colecciones como la de Conan el bárbaro.
En este sentido, todos los amantes de este género van a disfrutar de lo lindo con las aventuras que dichos personajes van a vivir en la ciudad de Lankmar, inspirada en la Sevilla del siglo XVI, peligrosa, oscura y repleta de entuertos esperando a la vuelta de la esquina.
En cuanto al plano artístico, cabe decir que la presencia de Mike Mignola lo absorbe todo, un dibujante en estado de gracia que en estos cómics despliega el estilo que luego matizará y sembrará de minimalismo goyesco en “Hellboy”, su obra maestra. La gran expresividad de los rasgos faciales, su uso del color rojo y esa capacidad para mezclar trazos que invocan a una sombría melancolía invaden el grueso de esta edición integral, en la que también participan dibujantes con el peso de Al Williamson, aunque rompen con las sensaciones tan concretas generadas por los trazos tan representativos de Mignola.
En cuanto a Chaykin, simplemente decir que, en esta ocasión, su labor es lo suficientemente notable en los diálogos como para no desmerecer el memorable trabajo artístico del creador de “Hellboy”. El mismo que reconoce que su trabajo en esta serie es su favorito de entre todos los que hizo antes de embarcarse con las hazañas antiheroicas del demonio rojo más famoso del noveno arte.
En definitiva, estamos ante una obra reveladora e imprescindible para todos los amantes de “Hellboy” que, por otro lado, tiene la suficiente entidad como para enamorar con autonomía propia. En pocas palabras, un cómic con aura muy especial y al mismo tiempo repleta de paralelismos la mar de estimulantes.
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