Errata Stigmata

Parece que la recuperación de algunos de los personajes secundarios de “Love & Rockets” en forma de espectaculares monográficos por parte de Fulgencio Pimentel va en serio. Aproximadamente un año más tarde del volumen dedicado a la Rocky de Jaime le toca el turno a Errata Stigmata, la pequeña heroína con aspecto postmoderno y estigmas en las manos que nació de la febril imaginación de Beto. Y como en aquel caso, la edición de la editorial de Logroño es una delicia: tapa dura, dimensiones de álbum europeo, buen gramaje y hasta color para la historieta de cierre (dibujada en 2001. Aún hay otra posterior, una breve aparición de Errata en una página de 2004 que la sitúa felizmente casada y con cinco hijos). Además, también en esta ocasión se incluye una entrevista a Beto realizada ex profeso para la edición española, aportando luz a unas páginas que, pese a su evidente sentido del humor, por momentos pecan de inextricables.

Por sus respuestas confirmamos lo que parecía más o menos obvio, como es la deuda que Errata contraía desde su nacimiento con el grafismo inconfundible de los personajes infantiles de Osamu Tezuka. Pero en esas mismas respuestas, casi siempre evasivas, incluso a la defensiva, también hay espacio para otro tipo de cuestiones, como la obsesión de Beto Hernández con la infancia -ya del todo evidente en el reciente “Tiempo de canicas”- y la castrante relación que los niños mantienen con los adultos. O también el cerrado ambiente católico en el que crecieron él y sus hermanos, que de alguna forma se refleja en el personaje.

Son una serie de pistas que se agradecen a la hora de enfrentarnos a estas siete historietas de narración deliberadamente caótica en la que nuestra protagonista aparece retratada como una niña a veces o una diminuta jovenzuela otras, pero siempre sola y alienada, ya sea por la pérdida en medio de las revueltas de una sociedad cyberpunk de su novio Bubbles, o sufriendo un coitus interruptus por lo inoportuno de unos estimas que sangran a deshora. Puro Hernandez.