El Bloque

Pues parece ser que el tándem conformado por Jeff Lemire y Andrea Sorrentino está más que empecinado en dejar una huella imborrable dentro del comic de terror. Ya en su momento “Gideon Falls” fue una demostración de equilibrio perfecto entre los guiones del canadiense y el fotorrealismo desarrollado por el dibujante italiano, que en “El Bloque” va más lejos que nunca mediante una demostración antológica a la hora de traducir excesos visuales en herramientas de impacto brutal dentro en el desarrollo del relato. En este sentido, las splash pages incluidas en las trescientas veinte páginas que dan forma a esta tercera parte del “Mito del Huerto de los Huesos” realzan la personalidad de un autor único, en estos momentos, comparable en cierta manera a maestros de su misma técnica de dibujo como el gran Alex Ross.

A partir de esta base, somos testigos del momento en el que esta saga de historias autoconclusivas, aunque conectadas entre sí, alcanza el summum de sus poderes, ya atisbados en “Pasadizo” y “Diez mil plumas negras”, álbumes precedentes a través de los que vamos tomando conciencia de la verdadera dimensión de lo que aquí se hace realidad: un infierno lovecraftiano de tintes bíblicos en el que Lemire despliega a su gusto su capacidad para dar forma a tramas que, en otras manos, estarían cogidas por los pelos, pero que en las suyas traspasan giros de guion hasta generar un estado de tensión permanente.

El potencial crescendo a lo largo de tan adictiva inmersión en su universo de horror visceral invita a pensar que, incluso, lo que vendrá después puede alcanzar cotas superiores de atracción. Y más, sabiendo que Dave Stewart seguirá al mando de los colores de unas viñetas que desbordan desde la carnosidad de unos tonos que subrayan el impacto gráfico ya, de otro mundo, ejecutado por un Sorrentino que es la verdadera estrella del reparto creativo.