Hacía años que no veíamos publicado en España un nuevo trabajo del autor francés George Bess. Creo que lo último que pudimos disfrutar de su precioso trazo fue la serie “Péma Ling” que publicó Norma Editorial entre 2004 y 2010. En Francia ha publicado más material en la segunda década de los dosmiles, pero aquí no hemos sabido nada de él hasta esta nueva revisión de la inmortal novela de Bram Stoker publicada en 1987. Hay muchos Dráculas en el mundo del cómic, infinitos. Desde que los derechos del Conde transilvano fueron libres, autores de todo el mundo se han acercado a los colmillos de Vlad Dracul. Quizá la más famosa sea la versión de Marvel con Mark Wolfman y Gene Colan en la serie “La tumba de Drácula”, donde nació el mítico cazavampiros afroamericano Blade, pero grandes maestros del cómic como Mike Mignola, Alberto Breccia, Esteban Maroto o Jon J. Muth se han atrevido con su reversión de esta extraña novela construida con diarios y cartas de sus diversos protagonistas donde la palabra vampiro no aparece hasta la mitad del relato.
Bess es perro viejo y aunque podría haber obviado gran parte del texto confesional en primera persona de los diversos personajes del libro, Mina Murray, Johnathan Harker o el profesor Van Helsing, decide agarrarse al pie de la letra al espíritu gótico de la novela con una serie de páginas dobles maravillosamente ilustradas tan cercanos al espíritu romántico de la época como al cómic más clásico. Para algo fue colaborador de Lee Falk en “The Phantom” en la década de los setenta. Las primeras páginas del libro, con esa Mina paseando por el cementerio costero de Whitby en la costa de Yorkshire es una de las experiencias más góticas-románticas que se pueden leer en un cómic actualmente, al nivel de las Brontë de “Cumbres borrascosas” o “Jane Eyre”. Otra de las características de este “Drácula” de Bess es el mismo Conde, que va mutando de anciano aristócrata a un nosferatu terrorífico más cercano al espíritu de la película homónima de F. W. Murnau.
Lo más destacable del cómic es, seguramente, la cuidada edición de Norma en un formato grande que recuerda a los Artisan Editions o Artist Editions con una reproducción de negros impresionante. El único color que vemos en esta extensa adaptación no es el rojo carmesí de la sangre de las víctimas del conde, sino el dorado de la portada, a juego con la decadencia de un monstruo que tiene que viajar a la Londres victoriana para aspirar a una nueva vida dejando tras de sí podredumbre y dolor. Tampoco escapa del tono erótico que el mojigato de Stoker impregnó en toda la novela, sobre todo en los trazos de Mina y Lucy, las pobres víctimas del Conde, o esa surrealista orgía de sangre entre las concubinas de Drácula y el abrumado Jonathan Harker, muy inspirada en la película de Francis Ford Coppola. La última novela gráfica de Bess es una fiel y espectacular versión del mito vampírico que no puedes dejar escapar en tu librería.
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