Ver impreso en una portada el nombre de Teresa Valero es señal de que estamos a punto a embarcarnos en un viaje apasionante. En el caso de "Curiosity Shop", y gracias a esta edición integral de Norma Editorial que reúne los tres tomos editados originalmente por Glénat, vamos a meternos de lleno en una aventura que mezcla historia, misterio, espionaje y esoterismo en dos absorbentes tramas donde Valero vuelve a demostrar por qué es una de nuestras mejores autoras de cómic.
Es importante aclarar que los tres tomos que conforman este volumen fueron publicados entre 2011 y 2013, mucho antes que obras emblemáticas como "Contrapaso" (Norma Editorial, 2021) o "Gentlemind" (Norma Editorial, 2022) vieran la luz, así que no estamos ante material nuevo ni reciente. Pero en esta trilogía encontramos a una Valero en plena forma, deslumbrante siempre en su manera de construir los personajes, desarrollar las tramas y crear la ambientación que precisa cada relato. Es, al fin y al cabo, una artesana que arma cada guion con la precisión y paciencia de un orfebre, mezclando géneros en su justa medida para crear la aleación perfecta.
El primer tomo, titulado El despertar, es una historia autoconclusiva sobre una misteriosa máquina criptográfica capaz de generar códigos inviolables. Estamos en 1914, a las puertas de la Primera Guerra Mundial, así que poseer un artefacto de esas características podría inclinar la balanza. Tras la muerte de su padre en extrañas circunstancias, Máxima “Max” Prado, nuestra protagonista, se verá envuelta en una intrincada trama para conseguir la preciada máquina. Este primer relato le sirve a Valero como una excelente carta de presentación de los personajes principales: Max Prado, una desbocada muchacha apodada Curiosity que ha heredado de su padre una curiosidad insaciable; Luna Sadicario, la enigmática anticuaria judía que afirma ser inmortal y que la acompañará en sus aventuras; y finalmente el ambiguo y seductor Valsapena, némesis de Curiosity, con el que mantiene una excitante tensión que se alarga también en los dos siguientes tomos, centrados en la búsqueda de un antiguo símbolo cabalístico.
"Curiosity Shop" es sin duda una obra ambiciosa, un thriller histórico al más puro estilo del mejor cómic europeo de aventuras, que requería igualmente de una cuidada labor de documentación para recrear de manera efectiva el ambiente de una época convulsa. Barcelona, Madrid, Toledo o Granada son los escenarios más destacados donde se desarrolla la acción, en los que como lectores nos sentiremos totalmente inmersos, así como familiarizados con algunos lugares concretos como el Cementerio de Montjuïc, la Estación de Atocha o la Alhambra. En este punto es preciso alabar el impresionante trabajo realizado en la parte gráfica. En esta ocasión, Valero dejó las riendas a Montse Martín, que no solo consigue, con un nivel altísimo detalle, transportarnos en el espacio y en el tiempo, sino también que los personajes, dentro de toda la vorágine de la trama, cobren vida y presenten rasgos muy distintivos a través de aspectos como la vestimenta o la gesticulación. No era tarea fácil aterrizar ese complejo guion de Valero y Martín lo logra con creces, respaldada por Gabor en el color.
La mayor pega que podemos poner a "Curiosity Shop", aunque se entiende que no es culpa ni de Valero ni de Martín, es la evidente voluntad de continuar la historia más allá del tercer tomo y que eso no haya sido posible. Nos quedamos, por así decirlo, con la miel en los labios, justo en el momento en que se abren nuevas incógnitas y en que los personajes empiezan un proceso de evolución importante. Este hecho, no obstante, no debe desanimar a nadie a la hora de lanzarse a disfrutar de este integral. Quizás, si los astros se alinean y las circunstancias son propicias, podamos disfrutar en un futuro (espero no muy lejano) de nuevas aventuras de la inquieta Max Prado.
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