La posición del sol es importante. Y levantarse muchas veces del mismo sueño también. Si es que te levantas, porque no está claro que seas sonámbulo al no haber testigos para corroborarlo. María Medem se ha perdido en paisajes que podrían ser del fotógrafo Harry Gruyaert o del pintor De Chirico; ha soltado a Vladimir y Estragón de Samuel Beckett y ha volcado una paleta de colores ciertamente sugerentes que hacen pensar en el trabajo de Cynthia Alfonso.
La posición del sol es importante, y entonces el alfarero y el vidriero, que son Vladimir y Estragón pero no lo son, se cuestionan sobre si sueñan o sueñan que sueñan. Esperan y se impacientan. Y de repente pensamos en la teoría de los colores de Kandisnky (parentescos físicos y morales de combinaciones cromáticas que producen acercamiento y alejamiento del espectador y dan valor espiritual) y en el budismo zen y su sentido del vacío. La posición del sol es importante y la coda de cada capítulo también (¡qué dobles páginas más tremendas!). ¿Son las piezas de cerámica y de vidrio el material del que están hechas las piezas de los sueños? En los paisajes mentales el sonámbulo es el único hombre cuerdo y duerme allí dentro para evadirse de la realidad que a la postre es el mismo sueño. Y la posición del sol,
no lo olvidemos, es importante.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.