Casa desastre
Comics / Roberta Vázquez

Casa desastre

7 / 10
Octavio Botana — 08-07-2024
Empresa — Blackie Books

Me siento un intruso leyendo lo último de Roberta Vázquez. “Casa desastre” entró en mi casa (también desastre) y fue directa a las manos de mi hija (desastre, a su manera) sin pasar por las mías. Es que no me dejó. Se encerró en su cuarto (absoluto desastre) y me dejó fuera, bye bye, chaíto. Días después me sentí ridículo colándome en su biblioteca (desastre radical) para pillar el libro y, de manera subrepticia, ir a leerlo medio agazapado en el sofá. Como si le hubiera robado algo muy serio, exactamente como cuando ella me pillaba hace años todos los fanzines y los cómics anteriores de Roberta, de los que ya es fan declarada.

Nunca le perdonaré a la autora lo que le ha hecho a mi hija: la ha enganchado a unas tramas y a unos giros descacharrantes, le ha contagiado unas expresiones ("No sé, creo que le está dando un ataque", "Eres el peor mejor cocinero que conozco", o esa hormiga que dice "Helooouuu") que reproduce a la mínima ocasión y que a su vez ha contagiado a sus compañeras de clase; ha conseguido que cocinemos juntos algo parecido a unos “spaguetti al fantasmatto” (ninguna hormiga ha sido dañada en el proceso, puedo asegurar), ha logrado que me pida por fin discos de –¡alabado sea el señor!– punk rock (abandonando los de Queen y The Beatles de una santísima vez) y –traca final, redoble de tambores– en la cola de firmas de la autora de este pasado Graf, mi hija me indicó que me retirara amablemente a otro lado, que me fuera a hacer mis cosas, que me largase. Eso ya no iba conmigo, eso era asunto suyo, Roberta y ella, su dedicatoria, sus stickers de regalo, su personaje favorito, sus movidas.
Ay, y al final no he dicho nada del cómic, mecachis. Bueno, preguntadle a mi hija. Yo soy un desastre.

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