“Arrowsmith” es una historia de aventuras. La típica epopeya del jovenzuelo pueblerino americano que se enrola en el ejército para participar en la Primera Guerra Mundial en 1915. Un joven noble, valiente, de origen rural, con deseos de formar parte de los buenos, con una chica florero de familia rica a su lado a la que luego redimirán conduciendo ambulancias en el frente, que idealiza el conflicto bélico y que quiere llegar a ser alguien. Durante la primera mitad todo huele a blockbuster e ideología bélica hasta decir basta y el lector arruga la nariz sospechando que le han querido endosar un panfleto fascistoide. Pero luego Fletcher Arrowsmith descubre el verdadero rostro cruel de la guerra que embrutece incluso a los que creían formar parte del bando de los buenos. Este tránsito progresivo de la idealización a la demonización de la guerra se puede captar en las cartas que al inicio de cada capítulo el recluta Fletcher envía a casa y que van virando de la ilusión del principio a un tono lúgubre dónde el horror de la contienda lo infecta todo y se comió las ilusiones iniciales. La guerra no es un escenario dónde el ser humano se sienta ensalzado, sino que es el lugar y el momento en que los seres humanos se convierten en inhumanos; es la moraleja que nos deja Kurt Busiek.
Hemos obviado hasta ahora decir que “Arrowsmith” es una mezcla de la Primera Guerra Mundial con “El Señor de los Anillos” de Tolkien. La magia, los seres fantásticos y los encantamientos campan a sus anchas por sus páginas. Kurt Busiek mezcla lo bélico con lo fantástico. Su protagonista es un piloto de caza que vuela gracias a los hechizos transferidos de una pequeña dragona que tiene como mascota. El resultado es visualmente impactante. El nivel de documentación, por lo que se refiere al vestuario y a los escenarios de la primera guerra mundial, es pasmoso. Ello hace que el dibujo esté muy elaborado. A la tinta está Jesús Merino que le da una vuelta de tuerca al estilo de Pacheco, usando una línea más gruesa para enmarcar las figuras, y lo acerca a un estilo gráfico de álbum francés. La edición de Dolmen tiene un formato mayor al comic book y eso hace que los dibujos luzcan más y mejor. Los seis comic-books que forman este primer arco argumental de “Arrowsmith” se publicaron entre mediados del 2003 y mediados de mayo del 2004 dentro del sello Cliffhanger; perteneciente a Wildstorm de la editorial DC.
El dominio de la anatomía humana es tan prodigioso en Pacheco que, cuando sus personajes vuelan, parecen flotar en el aire. Es un deleite para los sentidos releer “Arrowsmith” fijándonos sólo en la delicadeza y gracilidad que los personajes transmiten en sus acciones corporales. De hecho, en sus viñetas los movimientos de todos sus personajes son tan majestuosos que parece que dancen. Pacheco es un excelso coreógrafo que empuña un lápiz.
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