Wham!

En una época en la que la hiperproductividad de contenido efímero, como consecuencia de la digitalización, prima la popularidad por encima del talento, proyectos como el que dirige Chris Smith son más que necesarios sobre todo si nos recuerdan el legado de artistas que allanaron el camino cuando lo analógico limitaba su emersión al ingenio y la constancia. “Wham!” presenta un regreso al pasado que no sólo se entiende como el digno homenaje que la banda merece, sino también como un recordatorio de por qué los artistas de hoy en día lo tienen más fácil.

Nominado a los Emmy por “Jim & Andy” (17) o “Fyre” (19), Smith demuestra que el documental musical es lo suyo. Eso sí, en esta ocasión, se blinda de un gran arsenal de material de archivo que lo ampara en la responsabilidad de documentar la historia de una de las bandas que definieron el pop en los ochenta. Consciente del reto al que se enfrenta, dispone las voces en off de Andrew Ridgeley y George Michael con tal que sean ellos mismos los narradores del relato sobre su propia trayectoria, hilado a través de álbumes de recortes familiares –cortesía de la madre de Ridgeley– y un eje cronológico que lo comprime desde 1975 con su primer encuentro en la Bushy Meads School hasta la emotiva separación diez años después. Sin lugar a dudas, el director se asegura evidenciar el previo trabajo de documentación que le permite mimar cada detalle, consiguiendo que el metraje irradie un tono desenfadado con el mismo carisma vigorizante que desprendía el dúo británico en su era dorada. Además, donde hay tiempo para el humor, también lo hay para la emoción. La prueba de ello se encuentra en el enfrentamiento entre el blanco y negro de los negativos fotográficos y el color de las imágenes de archivo, convergiendo en la creación de un dispositivo de subidas y bajadas que dirijen al espectador a uno u otro campo emocional según interesa.

Invitados a reencontrarnos con los eventos canónicos que definieron el éxito de Wham! –Le Beat Route (1981), Top Of The Pops (1983) o Premio Ivor Novello (1985)– nos damos cuenta de que la música es lo principal. De hecho, lo es tanto, que el epicentro temático es el grupo en sí mismo y la relación forjada entre ambos integrantes. Cualquier cosa que sobrepase ese límite queda excluida; el morbo que podrían llegar a despertar asuntos de ámbito privado como la sexualidad de Michael o el papel que cumplía Andrew se resuelve elegantemente gracias a la delicadeza del trato con el que Smith lo aborda. La atención queda, entonces, desviada al proceso creativo de grabaciones legendarias como “Wake Me Up Before You Go-Go”, “Last Christmas” y, por supuesto, “Careless Whisper”. Lo que en su día fueron melodías pegadizas pasaron por la crisálida de una metamorfosis que las convirtió en composiciones elaboradas marcando la profesionalización del grupo, especialmente gracias a la formación de Michael para ocultar sus inseguridades bajo el manto de la validación externa.

Si bien la ejecución no es impecable por la presencia de viejos arquetipos ya vistos en producciones similares, los testimonios de familiares, amigos y profesionales del sector propician la verosimilitud necesaria para acabar de moldear un proyecto que se presenta como un ejercicio intelectual con el que atestiguamos una radiografía de las entrañas de uno de los grupos más influyentes de la historia al que el pop le debe todo y más. Cerca de cumplirse cuarenta años del concierto que puso fin a Wham!, este documental es el regalo que los fans más veteranos necesitaban.