Succession (Última temporada)

Pues sí, ya está, se ha acabado “Succession” y con ella una de las mejores series que ha salido de la mano de HBO. Cuesta decir algo cuando se ha vivido un guion construido con un mimo brutal para que quieras seguir las peripecias de unas personas tan horribles, infantiles, déspotas, engreídas, avariciosas, psicópatas y cualquier adjetivo que sea capaz de llenar la boca de bilis. Porque eso es lo que nos ha mostrado la serie, la lucha de poder más violenta de la historia de televisión. No hacen falta litros de sangre, tampoco muertes inesperadas, solo un puñado de personas frágiles enfrentadas por el juguete que les prometieron para Reyes Magos.

Cabe decir que la serie ha sido un poco repetitiva en su estructura, a pesar de mostrar una meta muy clara para sus personajes, valiéndose traiciones y plot-twists algo cansinos, pero esto ha valido la pena por una última temporada excepcional. La cuenta atrás de la reunión de socios, la familia quebrada hasta las cenizas y una tensión emocional amoldada a un tempo más adecuado para lo que pedía esta serie. Cada capítulo representa el paso de un día al siguiente y la presión de esa fecha límite, de que en el último capítulo se decidiría todo, ha jugado a su favor y nos ha permitido hacer apuestas sobre quién sería el/la elegido/a. Desde “Game of Thrones” (aunque con un poco de menos fama) que el fandom no agitaba con tanta fuerza sus papeletas al aire.

¿Qué lo ha logrado? Primero, unas actuaciones que se merecen todos los globos de oro que han ganado y los que están por venir, recalcando a Jeremy Strong, Sarah Snook, Kieran Culkin, Nicholas Braun y, el que se ha llevado la palma en esta última temporada, Matthew Macfadyen; segundo, la excelencia de la banda sonora de Nicholas Britell que ya nos ponía los pelos de punta con sus toques de piano después de oír el sonido distorsionado de la entrada de HBO; tercero, la cámara y el montaje en una delicia de planos con los que han sabido captar los matices que intentan darles los actores a sus personajes; y seguiría la enumeración de aciertos, pero mejor quedarse con que su creador y guionista, Jesse Armstrong, ha sabido agrupar los elementos necesarios para construir un referente de las series de streaming y, lo más importante, ha sabido parar en el momento justo para que no apareciese la sensación de que se está estirando el chicle.

Desde “Better Call Saul” que no se nos ofrecía un cierre tan redondo en el que el sabor agridulce ha sido el ingrediente principal para que podamos digerirla. Ahora Logan Roy diría “Fuck off” y le daríamos la mano aceptando que hemos disfrutado de toda la violencia que ofrece esta intriga de poder.