Rainbow
Cine - SeriesPaco León

Rainbow

6 / 10
Fran González — 05-10-2022
Empresa — Netflix
Fotografía — cartel de la película

De todos los caminos que se abren ante nuestros ojos, solo nosotros mismos tenemos la potestad de elegir el que queremos andar. Un mensaje que ya trató de transmitirnos Frank Baum a través de su ilustre obra “El Maravilloso Mago de Oz” hace ya más de un siglo, y que ahora, en manos del polifacético Paco León, adopta una reconversión no apta para mentes racionales. Y es que “Rainbow” (2022) es una brava apuesta cinematográfica en la que se rompen todas las estructuras arquetípicas habidas y por haber en el séptimo arte, presentándonos, a caballo entre el cuento y el musical, un viaje personal en el que su protagonista, Dora (Dora Postigo), tratará de hallar una respuesta a ese enigma que una desconocida en motocicleta le lanza: “¿Eres una niña o una mujer?”.

En lugar de un camino de baldosas amarillas, Dora recorrerá el largo y ancho de una geografía imprecisa, que tan pronto nos emplazará en un impertérrito y árido paisaje arkansiano, como en un suburbio africano, un bingo latino y decadente o un barrio futurista asiático. Una ambiciosa prueba de fuego para llevar al límite el indudable punto fuerte de esta cinta: su estridente, hipnótica y casi almodovariana estética, que entre indigestiones de color y surrealismo, servirá como escaparate para un elenco de lujo en el que las caras conocidas no dejarán de brotar escena tras escena. Con todo, y mientras la carismática Dora nos encandila en cada plano, irradiando dulzura, perspicacia y carácter, su inconformismo vital le llevará a toparse, tal y como en el cuento original sucede, con una serie de personajes que darán sentido a su búsqueda: un impulsivo y asalvajado muchacho con dejes anárquicos e impetuosos (Ayax Pedrosa), un hombre de mediana edad con poco por lo que luchar pero que hallará las respuestas que necesita mientras “sigue a lo suyo” (Luis Bermejo), y una proyección del espíritu liberador que Dora ansía, representado a través de una feroz figura dispuesta a combatir los restrictivos estamentos de su círculo a golpe de dembow, brilli brilli y luz propia (Wekaforé Jibril).

El sorprendente trayecto de Dora nos entregará delirantes tramos que en más de una ocasión pondrán a prueba la paciencia del espectador a través de un juego que desarma la lógica y contrapone el orden a golpe de sonoridad centennial, cringe, y abuso excesivo de elementos lisérgicos. No obstante, ahí estará de nuevo la nada desdeñable función que desempeña en la historia la veteranía de Carmen Maura y Carmen Machi, reconvertidas en una suerte de brujas del Este y del Oeste, dispuestas a levantar un argumento que en puntuales instantes se arrincona a sí mismo. 

León demuestra nuevamente que su estilo desenfadado y desconcertante es capaz de dárnoslo todo en un mismo relato, y aunque este triple mortal hacia atrás suponga una de las tramas más marcianas que el cine español ha presenciado en los últimos años, el cineasta consigue insuflarle un valor añadido a su historia con el fin de que ésta no solo se limite a cumplir la función de un simple catálogo kitsch. Pues, aunque los confusos hilos que tiran de sus extravagantes protagonistas nos distraigan y su mensaje se adormezca en ese opulento y decadente desfile de caras instragammeras, detrás de “Rainbow” subyace una indirecta pero preciosa carta de amor a la música, contra el destino impuesto y a favor de la voluntad propia.

 

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