Misión imposible: Sentencia mortal (Parte 1)
Cine - SeriesChristopher McQuarrie

Misión imposible: Sentencia mortal (Parte 1)

8 / 10
J. Picatoste Verdejo — 19-07-2023
Empresa — Paramount Pictures Spain
Fotografía — Cartel de la película

Hay una aparente contradicción en esta séptima entrega de “Mision imposible”, extensible al resto: a pesar de la evidente falta de verosimilitud de las hazañas recreadas y del arbitrio de las elipsis y las casualidades a conveniencia que lo jalonan, el film destaca por un guion cuidado que se fija en los personajes y sus relaciones. Es lo que hace que la acción importe. Lo sabía Hitchcock y lo sabe McQuarrie, ganador del Oscar por el guion de “Sospechosos habituales” que dirige su tercera película de la saga protagonizada por Tom Cruise, actor que lo ha escogido como guionista de confianza; a McQuarrie pertenecen también los libretos de “Valkiria”, “Jack Reacher”, “Al filo del mañana”, “La momia”, “MI: Fallout”, “MI:Nacion secreta” y “Top Gun: Maverick”, todas con Cruise de protagonista.

En ese sentido, destaca la inclusión de la ladrona encarnada por Haley Atwell, cuyo arco de transformación está perfectamente construido para que, esta vez sí, sus actos nos parezcan verosímiles. La pareja Atwell/Cruise es uno de los hallazgos de la cinta (el interés por los personajes se extiende a otros menos importantes y, en apariencia, más planos como una pareja de agentes o una asesina sádica).

Por lo demás esta “Sentencia mortal” juega con los mismos elementos de siempre que han hecho de “M:I” una saga justamente competidora con la de James Bond: el juego de máscaras que continúa sorprendiendo, escenas espectaculares –atención a esa impresionante set piece final en el tren–, ritmo constante,... Son los ingredientes habituales combinados de manera ejemplar por McQuarrie que, además, los enmarca, muy pertinentemente, en un contexto actual: la amenaza de la inteligencia artificial en un mundo digital que nos hace dudar de lo real.

Cabe subrayar, por último, que el film supera la peligrosa prueba del cierre parcial de un díptico que espera, en un año, el definitivo: felizmente el final de esta primera parte evita la desagradable sensación de coitus interruptus.

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