Maixabel
Cine - SeriesIcíar Bollaín

Maixabel

7 / 10
Noemí Valle — 04-10-2021
Fotografía — Archivo

A estas alturas tenemos ya muy claro que el cine de Icíar Bollaín siempre ha sido valiente y rebelde, y“Maixabel” no iba a ser una excepción. La propuesta de la película es tan intensa como los personajes que la protagonizan y tan arriesgada como la situación que vivieron.

“Maixabel” nos relata la historia real del encuentro de Maixabel Laxa, la viuda del gobernador civil de Guipúzcoa, Juan Mari Jáuregui, con el etarra que asesinó a su marido. Se conocen once años después de la tragedia y todos reconocemos la lucha de esa mujer devastada, porque es la lucha de una España sangrante, con las heridas abiertas de una historia que no acaba de cicatrizar.

Blanca Portillo interpreta de forma impecable a una protagonista que, más de una década más tarde, sigue saliendo de casa con guardaespaldas, parándose frente al bar en el que ocurrieron los fatídicos hechos y preguntándose por qué Juan Mari no se sentó, aquella tarde, en otra silla de la tasca. Maixabel cumple fuera de la cárcel, en su cabeza, su propia cadena perpetua. Una de la que ni la libertad puede librarla.

Icíar Bollaín dibuja a los personajes con tanta delicadeza que es imposible sacarle punta a ninguno, buscando siempre el porqué de la violencia, del odio, de la venganza, iluminando hasta la esquina más oscura del barrio. Lo consigue con un brillantísimo Luis Tosar interpretando al asesino del marido de Maixabel, incapaz de contestar una palabra sin expulsar vergüenza o arrepentimiento. Eleva el ser humano y lo sigue de cerca cuando ya nadie lo hace. Pone una cámara en la zanja que divide a las personas y es justo ahí, con el alivio de la conversación, con el diálogo al más puro estilo de una entrevista, cuando desata por fin el nudo de esas dos vidas unidas por la muerte.

“Maixabel” es una crónica de la desgracia colectiva a manos de la violencia armada, el panorama desolador de los cadáveres que quedan por el camino, esos que viven a duras penas con el peso de la pregunta “¿Por qué a mí?”.

“Maixabel” es una película que requiere un visionado con todos los sentidos encendidos, una cinta a la que hay que asomarse para comprender mejor el dolor cuando te es ajeno, para mimetizarse con los personajes hasta la empatía. Porque, durante dos horas, Bollaín consigue que veamos el mundo desde otro prisma, todo ello acompañado por la música de Alberto Iglesias, y nos planteemos con rotundidad aquello de que debemos aprender de nuestro pasado para no repetir los mismos errores que nos hicieron perder buena parte de nuestra humanidad.

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