La guitarra flamenca de Yerai Cortés

Solo ha pasado un año de 'Esta ambición desmedida', el documental de Little Spain sobre C. Tangana, y ya tenemos otro proyecto de la productora, esta vez dirigido por el propio C. Tangana, en el que es su debut en el largo, estrenado de nuevo en el Festival de San Sebastián. No hablamos de ficción, eso sí, sino de un documental en el que Antón Álvarez ha querido contar la historia de Yerai Cortés, un guitarrista al que, como dicen en un momento concreto, “los modernos le hablan como a un moderno, y los gitanos como a un gitano”.

Dicho de otra manera, Yerai se ha ganado el respeto tanto de los artistas más puristas dentro del flamenco como de los más vanguardistas. Tiene además el amor de sus padres María y Miguel y de su novia Tania... pero tiene también una pena relacionada con una figura que mejor ocultamos, porque no es hasta bien avanzada la cinta cuando queda claro este asunto. Entendemos que el caos al respecto en la primera parte del metraje es intencionado, queriendo reflejar el estado mental de Yerai, que precisamente dice a veces encontrarse genial con los suyos, y otras no tener nada claro. Si lo es, lo cierto es que ayuda al desarrollo de la historia.

Yerai resulta ser una figura tremendamente carismática, lo cual es algo clave cuando se trata de seguirle todo el rato, y su madre María se roba cada momento en que aparece (se podría hacer otro documental sobre su vida). Antón se encarga de conducir pequeñas entrevistas con los padres o con otras personas, y conversaciones directas en otras ocasiones (destaca la cena entre él y Yerai) y, entre todo este material, se van intercalando además distintas actuaciones, posibles videoclips y momentos de cante, conformando algunas de las secuencias de más belleza de la película. Pero, aunque 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés' tiene una buena historia a la que se sabe sacar partido, es cierto que falta ver un punto propio en el pulso, ese “algo más” que, quizás, confirmemos en la siguiente incursión en el cine de Antón.