La directora
Cine - SeriesDaniel Day Longino

La directora

7 / 10
Pablo Tocino — 20-10-2021
Empresa — Netflix
Fotografía — Archivo

Sin hacer mucho ruido, hay una serie que ha ido conquistando poco a poco a los clientes de Netflix. Se trata de “La directora” (“The Chair”), creada por Amanda Peet y Annie Julie Wyman, y ambientada en la ficticia universidad de Pembroke, que estaría en la misma Ivy League de Harvard, Yale o Princeton. Allí trabaja nuestra protagonista, Ji-Yoon Kim, a quien de golpe y porrazo convierten en Jefa del Departamento de Inglés, siendo la primera mujer en ocupar el cargo... y, por supuesto, la primera mujer no-blanca en hacerlo.

En la producción ejecutiva encontramos a Amanda Peet, pero también a David Benioff y D.B. Weiss (sí, los de “Juego de Tronos”) y, por supuesto, a Sandra Oh. De hecho, la serie es un absoluto vehículo de lucimiento para la estrella de “Anatomía de Grey”. Pero ojo, porque no es solo eso, aunque pueda parecerlo. El plantel de secundarios está muy bien cuidado, destacando sobre todos los demás (a veces incluso sobre Oh) la maravillosa Holland Taylor o los excelentes Bob Balaban, Jay Duplass, Nana Mensah... y la surrealista aparición en un episodio de David Duchovny interpretándose a sí mismo con mucha sorna, haciendo incluso referencia a la mítica salida de la piscina de Mulder en “Expediente X”.

Y es que “La directora” explora mucho más que la lucha de Ji-Yoon por hacerse valer como jefa frente a sus colegas masculinos, añadiendo enfoques tan interesantes como el choque cultural con su hija adoptiva y su abuelo, la complejidad del personaje de Holland Taylor que merece una serie para ella sola y, sobre todo, el análisis del ambiente universitario actual y de la “cultura woke” antes estadounidense, ahora extendida a gran parte del mundo occidental. Intenta hacerlo sin tomar partido, mostrando las debilidades de todos los bandos, desde la cerrazón de los mayores que se niegan a entender a sus estudiantes, la a priori apertura de Bill que esconde cierta presuntuosidad, y el punto simplista tras la reducción woke, con unos estudiantes bastante más manipulables de lo que imaginan mientras creen poseer la verdad absoluta.

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