Furiosa: A Mad Max Saga

Habrá más de uno que entre al cine esperando un viaje épico lleno de guitarras que echan fuego, soldados albinos que se tiran spray de trazo biselado en la boca, coches, motos, camiones y explosiones. Y tendrán toda la razón, “Furiosa: A Mad Max Saga” hace check en estos puntos, pero diferenciándose del resto. Se trata de una película que decide poner el pie en el pedal de freno, coger un mapa, explorar el terreno y los personajes que ha estado creando el director, George Miller, durante más de cuarenta años.

“Furiosa” combina el erratismo narrativo de “Mad Max”, la contención y brillantez de “Mad Max: The Road Warrior”, la construcción de mundo de “Mad Max: Beyond The Thunderdome” y la acción desmesurada de “Mad Max: Fury Road”. Lo acoge todo y lo expande, aunque perdiendo algo de intensidad en cada uno de estos aspectos. ¿Inconveniente? Ninguno, porque esta película brilla por una nueva vertiente casi no estudiada en sus predecesoras: los personajes.

La Furiosa de Charlize Theron, dura, confiada, capaz e implacable, se convierte en una frágil, empática y salvaje Anya Taylor-Joy. Sus dotes actorales transforman una historia de venganza en una narrativa sobre crecimiento y entereza en la que prima la búsqueda del sentido, frente al nihilismo demente del mundo de “Mad Max”. Para enfrentarla está Dementus, Chris Hemsworth, un loco despiadado que se divierte con el caos y la violencia. Unos papeles que consolidan a Anya como el monumento actoral que ya es y demuestran que, cuando nos olvidamos de que Chris es demasiado guapo, puede mostrar actuaciones dignas y profundas. Ambos magnéticos, ambos esenciales para darle fisicalidad a este nuevo rumbo en la saga donde la filosofía y la política son los nuevos reyes del desierto.

Sin embargo, no olvidemos que “Mad Max” es una estética ineludible, que sigue absorbiendo toda la atención de quien le ponga los ojos encima, y también es persecuciones, muchas persecuciones. No se puede volver a lo que hizo “Fury Road”, pero cada vez que un personaje se pone al volante en “Furiosa” es una promesa de que el espectáculo está servido. Lástima de que el CGI flojea cuando el fuego y las nubes de polvo inundan la pantalla, pero eso no distrae de la acción tan descabellada y sublimemente capturada por George Miller.

Hay otros obstáculos que alejan al film de la perfección, como su ritmo errático, la espera que han sufrido los fans, el márketing y ser la precuela de una de las mejores películas de acción de la historia. No obstante, “Furiosa” es tan grande como “Mad Max” y supone un paso hacia delante en la saga. Esperemos que George Miller se recupere de la taquilla de estas primeras semanas y no se demore en hacer crecer su universo, porque, si consigue unir el desarrollo de personajes explorado en esta entrega con lo que ya había construido previamente, no hay duda de que se ganará el trono del cine de acción.