Esta Ambición Desmedida
Cine - SeriesCris Trenas, Santos Bacana Y Rogelio González

Esta Ambición Desmedida

8 / 10
Luis M. Maínez — 27-10-2023
Fotografía — Frame del documental

La entrevista que tuve con C. Tangana a raíz del lanzamiento de “Bien :(“, su EP de confinamiento en el que exploró sonidos más cercanos al pop íntimo y a la electrónica por primera vez, y que se publicó en esta revista en mayo de aquel año, 2020, llevaba el mismo título que la película documental con la que cierra la etapa que comenzó aquellos meses. No existía entonces “El Madrileño”, ni era imaginable que pudiéramos asociar a C. Tangana con el flamenco, con el cine o con el tradicionalismo. Lo que sí era indiscutible era que nos encontrábamos –y nos encontramos– con un artista único, uno de los grandes talentos de su generación, un talento fundamentado en su ambición por trascender, capaz de firmar un álbum ya histórico como “El Madrileño”, pero cuya dimensión creativa y personal va mucho más allá.

En la reseña que publicó esta revista sobre “El Madrileño”, relacionaba a C. Tangana con la figura de Pedro Almodóvar, dos artistas capaces de sentar las bases estéticas y culturales de una generación. Todo apunta, por lo que podemos ver en “Esta Ambición Desmedida”, que C. Tangana quiere recorrer un camino similar al que trazó el genio manchego: de la música (aunque Tangana ha logrado un éxito sobre los escenarios y en el estudio que Almodovar no pudo ni soñar) al cine (ahora habrá que ver lo que hace El Madrileño tras las cámaras). Este cambio, esta evolución sintoniza con un camino que Antón Álvarez comenzó a recorrer a inicios de 2020, cuando entendió que su figura como artista individual, individualista y genial, no era la que le iba a llevar a la trascendencia; la clave era erigirse líder de un colectivo de mentes preclaras, de especialistas, sus “Ocean’s Eleven”, y dirigir esa acumulación de talento hacia donde llevara su visión. Así, “El Madrileño” es un disco eminentemente colaborativo a diferencia de sus trabajos anteriores; su Tiny Desk comienza con el ya mítico “Me maten”, en el que canta sobre ir a todos los lados con quienes le acompañan en su creación, en su vida (algo que ha dejado claro en sus apariciones en medios en los últimos años) y en su exitosa gira “Sin Cantar Ni Afinar” aparecía arropado por decenas de músicos sobre el escenario, mientras se filmaba una película en directo, que repartía el protagonismo entre todos los allí presentes.

Y es que, y ya entramos en materia, el documental dirigido por Cristina Trenas, Santos Bacana y Rogelio González recorre el proceso creativo y vital alrededor de “El Madrileño” y, en especial, de la gira “Sin Cantar Ni Afinar”, centrándose en la figura del artista y sus relaciones con los miembros del equipo. Sin embargo, los adelantos de “Sin Cantar Ni Afinar”, así como el eslogan con el que se presentaba el proyecto al gran público (“No es un documental; no es una gira, es una tragedia”), vienen a centrar la atención en las dificultades que supuso armar el espectáculo musical en directo más grande realizado en España. Las pérdidas económicas, la tensión provocada entre todas las partes, la per-sonalidad expansiva del protagonista… Parecían resultar las claves de un documental (que en Movistar+ se emitirá como una serie de tres capítulos) que retrata el proceso de un creador en todo su esplendor mientras, al mismo tiempo, se exponen sus miserias y se desmitifica al idolo. Antón Álvarez se ha declarado explícita e implícitamente un gran admirador (¡cómo no!) del genio Paolo Sorrentino, de quién ha bebido en la concepción de los videoclips de “El Madrileño”, así como en la realización de los conciertos de la gira (“La Gran Belleza se rodó aquí”, titulábamos en Mondo Sonoro la crónica de su concierto en el WiZink).

Pues bien, “Esta Ambición Desmedida” tiene poco de tragedia y mucho más del universo narrativo sorrentiniano, donde la vida se refleja tal y como es y donde no se encuentran artefactos narrativos que artificialicen la experiencia como receptor. En “La Gran Belleza”, por utilizar la obra maestra del canon del director napolitano, encontramos momentos de tensión, de celebración, de profunda tristeza, de revelación… al igual que en “Esta Ambición Desmedida”, pero no vivimos una experiencia catártica clásica, admiramos a Jep Gambardella del mismo modo que admiramos a Pucho, como un tipo excepcional con una visión preclara del mundo y una personalidad marcada a fuego capaz de seducir e impactar de forma maravillosa, pero no existe esa identificación con el héroe trágico ni con su destino, no por error, sino por la propia naturaleza de ambos filmes. El espectador que espere encontrarse una función trágica en la que todo estalla en mil pedazos para que crezca una flor de entre las cenizas no encontrará lo que va buscando.

Partiendo de esa disonancia de autopercepción, el documental le resultará especialmente interesante a tres tipos de perfiles: los trabajadores de las industrias creativas, los fans de C. Tangana y de su universo, y los chalaos que queremos comernos el mundo. Hablo desde la subjetividad que me da estar en los tres grupos cuando digo que, a pesar de que a mí me haya encantado, no sé si un espectador medio que se acerque a los cines va a conseguir entrar narrativamente en el metraje. Ojalá me equivoque.

Los puntos fuertes del metraje en lo narrativo se centran en la exposición de una persona –ya no artista, ni personaje– con un evidente carisma especial y con una forma de vivir y trabajar realmente inspiradora; también son carismáticos los que le rodean (Kigo, Chave, Víctor Martínez y su equipo de gira o su madre) y el resultado es una tragicomedia humana realmente entretenida y hasta entrañable, con humor y tensión mundana bien sostenida y bien diluida cuando toca. “Esta Ambición Desmedida” no es un Gran Relato narrativo, es una experiencia costumbrista. Una reivindicación de la familia (de sangre o escogida) como refugio y espada en lo bueno y en lo malo.

El apartado visual, como todo lo que hace Little Spain, es simplemente fascinante. Su estilo, su sentido de la composición y la originalidad del montaje –no solo en lo visual, sino en lo narrativo– son apabullantes. Lo que se vio en las pantallas de la gira es un material ya premiable al más alto nivel: el upcycling que se hace con ello, soberbio.

“Esta Ambición Desmedida” es uno de los mejores filmes de no ficción del año en España (no descartemos el Goya a la primera de cambio para Little Spain) y un ejercicio de honestidad muy interesante alrededor de uno de los grandes creadores de la cultura popular de nuestro tiempo. ¿Y veraz? ¿A quién le importa? No es una gira, no es un documental, no es una tragedia... Es una película.

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