Scott Derrickson (“Sinister”, “Black Phone”) a cargo de la dirección; Trent Reznor y Atticus Ross (recientes multipremiados por la excelsa banda sonora de “Rivales” de Luca Guadagnino) encargados del apartado musical; Anya Taylor Joy y Milles Teller delante de los focos y un popurrí de géneros que van del romántico al terror, pasando por la ciencia ficción. ¿Puede faltarle algo a “El abismo secreto”? Sí y no. Porque estamos ante una película que dividirá, sin lugar a dudas, al público. Habrá muchos amantes y al mismo tiempo muchos detractores, pero seamos claros desde el principio: sus mejores cualidades superan a sus defectos.
Con la elegancia visual habitual en Derrickson, la película nos narra la historia de dos amantes paramilitares, los cuales, desde dos torres de vigilancia, situadas en paralelo, deben proteger un misterio abismo nublado e impedir que lo que hay ahí debajo salga al mundo exterior.
Pese a sus personajes estereotipados, la mejor parte de la cinta es su primer tercio, donde vamos conociendo la rutina de trabajo de Drasa y Levi, y como poco a poco a través de graciosas interacciones –Ramones de fondo incluídos– se van conociendo y complementando sus solitarias vidas. El problema es que la cinta va de más a menos. Pese a tener algo del cine de Alex Garland –en especial de la genial “Aniquilación” (18)–, nos hubiera gustado que Derrickson hubiera profundizado más en el lore de este espectacular y misterioso paraje, y que, de paso, se hubieran trabajado más los diálogos porque contienen algunos momentos sonrojantes.
Pese a no explotar todo el potencial del mundo que plantea y de sus secundarios –véase el personaje de Sigourney Weaver–, la película es tremendamente entretenida y funciona a la perfección como cinta de ciencia ficción romántica. Una cinta de ciencia ficción romántica que, como decíamos al principio, unos amarán y otros detestarán.
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