El sambenito de la dudosa calidad de los “directos a vídeo” (o lo que ahora conocemos como estrenos exclusivos en plataformas) hace tiempo ya que se desdibujó por completo y una buena prueba de ello es el regreso de Jeremy Saulnier a Netflix con “Rebel Ridge”. Tras la correcta “Noche de Lobos”, estrenada hace más de un lustro en el citado servidor de streaming, Saulnier regresa al redil con una historia que se sale de lo común tanto en contenido como en continente y sube la media de las habituales producciones originales orquestadas para la pequeña pantalla.
Sin renunciar del todo a los lugares comunes de un film de acción al uso, “Rebel Ridge” demuestra desde su vibrante secuencia de apertura una ambición crítica que va más allá del arquetipo simplón del héroe invencible contra todo ser mortal. Sobre el papel sí, terminaremos viendo a un enorme Terry Richmond (Aaron Pierre) resistiendo balazos, atropellos y noches a la intemperie y haciendo gala de su superioridad física y técnica frente a un buen surtido de policías paletos de maldad infinita; pero en las motivaciones extra-vengativas de este ex-marine aficionado a los paseos largos en bicicleta y al heavy metal divisaremos una humanidad y un sentido del deber que va más allá del de un predecible “expendable” de turno.
Valiéndose de su continua calma tensa y con un objetivo en el horizonte (pagar la fianza de su primo y devolverle al buen camino), el personaje de Pierre nos presenta desde sus ojos el quid de la cuestión tan pronto como éste descubre por accidente una trama de corrupción administrativa con la que el cuerpo de policía de un pequeño pueblo de Luisiana se autofinancia. Si por lo que sea tenemos la debilidad de sentir cierta empatía por este corpúsculo de agentes unineuronales y su falta de abastecimiento, muy pronto recuperaremos el norte al atestiguar el arsenal de malas artes y negligencias policiales del que estos se valen y con el que nos harán apretar los puños de rabia en varias ocasiones. Ya saben, bien violencia policial, racismo sistémico, colonialismo garrulo y todos los tropos propios de la América profunda.
Así, y dejándonos claro desde el principio quiénes son los vaqueros y quiénes son los indios –salvo contados casos de redención–, la cinta realiza un excelente ejercicio de desarrollo gestionando sus dosis de adrenalina con inteligente ascendencia hasta desembocar en una esperada secuencia final, que no por prevista pierde impacto. En la evolución de los hechos jugará un importante papel la aprendiz de abogada Summer McBride (interpretada por AnnaSophia Robb, a quien recordamos de niña en “Un puente hacia Terabithia” o “Charlie y la Fábrica de Chocolate” y que aquí deslumbra añadiendo luz a las tinieblas) o el demoníaco jefe de policía Sandy Burnne (encarnado por el mítico Don Johnson), encargado de ganarse nuestra repulsa desde el minuto uno.
A pesar de sus excesivas más de dos horas de metraje (quizás el único pero que se le puede poner a Saulnier aquí), “Rebel Ridge” saca el máximo partido a su modesto marco y satisface todas las exigencias que cualquier aficionado al thriller de suspense podría desear (tiroteos, explosiones, secuestros y mucha sed de venganza). Por no hablar de la carismática consagración de su actor protagonista, a quien no nos extrañaría ver a partir de ahora clavando su bandera en los grandes blockbusters del futuro. Sopas con ondas a muchos de los títulos que este año hemos visto en salas y toda una sorpresa dentro de un mar de mediocridad bajo demanda.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.