Crítica de 'La caída de Diddy', miniserie documental disponible en MAX
Cine - SeriesNaiti Gámez

Crítica de 'La caída de Diddy', miniserie documental disponible en MAX

5 / 10
Don Disturbios — 07-02-2025
Empresa — Maxine Productions
Fotografía — Cartel de la serie

En ese afán por adelantarse a lo que pueda hacer la competencia y llegar el primero, puedes precipitarte y entregar un producto superficial, algo redundante o que simplemente le dé demasiada importancia a hechos que ya eran del todo conocidos. Pues bien, ese es el principal problema de “La caída de Diddy”, el documental de Naiti Gámez que, a lo largo de cinco episodios, intenta desentrañar lo que ha llevado al magnate de la industria discográfica a sentarse en el banquillo a la espera de un juicio que arrancará el próximo cinco de mayo y que promete convertirse en todo un circo mediático a escala mundial.

Aunque el principal problema de “La caída de Diddy” no es solo su precipitación, también se nota que la productora ha ido con pies de plomo a la hora de no involucrar a nadie más que al rapero en toda esta escabrosa trama, centrándose tan solo en aquello que parece más que probado y obviando las restantes derivadas de un caso que tanto juego está dando en las redes sociales, donde la carnaza campa a sus anchas. Un ejemplo evidente de ello es cuando se cuenta el turbio suceso de la noche de 1999, en la que Jennifer López acudió junto con Diddy al bar Hot Chocolate de Nueva York y donde una reyerta acabó con un tiroteo y  tres personas gravemente heridas. Pues bien, el documental no acaba de explicar nada bien lo que aconteció aquella noche y, curiosamente, Jennifer López desaparece muy pronto de la narración de los acontecimientos. Suceso por el que Diddy fue absuelto -a la manera de O. J. Simpson- pese a ser señalado por una de las víctimas y que finalizó con la condena de Jamal “Shyne” Barrow como único responsable de lo acontecido.

Pero ese es solo un ejemplo de esa precipitación la hora de sacar un producto que a todas luces ha buscado aprovecharse de la expectación que ha generado el caso, y que a buen seguro tiene garantizados unos más que buenos resultados de audiencia. Un éxito que irá reñido con la profundidad que se le debería exigir a cualquier documental a la hora de investigar en un caso que posee muchas más derivadas, en las que no se ha querido entrar, ni siquiera de soslayo. Eso por no hablar de que algunos de lo testimonios elegidos acaban aportado muy poco a la narrativa del caso, más allá de intentar auto-exculparse delante de las cámaras de algo que resultaba muy obvio y que estaba sucediendo delante de sus narices.

Es evidente, por tanto, que las prisas son malas consejeras y que, para intentar cubrir cinco episodios, se ha tenido que recurrir a realizar un perfil biográfico del personaje algo superficial, con algunas imágenes de archivo que no aportaban gran cosa. Eso mientras se obviaban sucesos relevantes que sí aparecen en las diversas demandas interpuestas en el juicio, con lo que el tema principal que da título al documental, es el que está peor expuesto con algunas lagunas del todo imperdonables. Pero, vaya, seguro que una vez finalizado el juicio, y con el paso del tiempo, se pondrán sobre la mesa muchas más evidencias y nombres propios. Puede que entonces sí sea el momento propicio para hacer un buen trabajo que narre mucho mejor las  cosas que llevaron a la caída de Diddy y a quién esta pueda arrastrar con él.

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